El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, reflexionó este jueves que sin consensos políticos básicos sobre tasas de interés reales positivas, equilibrio fiscal y una política de comercio exterior para generar divisas genuinas, no habrá salida definitiva para la crisis del país ni estabilidad posible.
Consideró también que al margen de la incertidumbre electoral que generó el resultado de las elecciones primarias, la economía estaba débil como para poder contener una estampida como la registrada. "Una economía más sólida hubiera sufrido mucho menos el impacto de la incertidumbre electoral", afirmó.
Si bien reconoció que había problemas no resueltos, dijo que estos son una consecuencia de los últimos ocho años en los que el país no ha logrado crecer ni tampoco domar la inflación, que persiste en niveles elevados.
Sandleris habló en la tarde de este jueves en la Conferencia Anual 2019 de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) en la Bolsa de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires.
“La dificultades económicas de nuestro país no son nuevas. No son del último año, ni de los últimos cuatro años”, dijo Sandleris luego de iniciar su discurso con un diagnostico conocido: “No es este un momento fácil para nuestro país”.
“Entre 2008 y 2019, por ejemplo, el crecimiento habrá sido de sólo un 0,7% anual. Este es un muy mal registro. Es menos de la mitad del promedio de la región. Está por debajo del crecimiento de nuestra población. Año tras año, en promedio, cada argentino ve que su nivel de vida empeora. Aún peor, esto ocurrió con una inflación muy alta, de más del 30% en promedio. La inflación promedio en la región es de 5% anual”, expresó.
Según Sandleris, "hay algo fundamental que está fallando". El funcionario apuntó que una de las dolorosas lecciones de la última década, en la que Argentina no creció, no logró bajar la inflación y tampoco logró bajar la pobreza, "es que no hay esquema económico que pueda ser exitoso sin mínimos consensos políticos".
Por ejemplo –señaló- principios como el equilibrio fiscal intertemporal, tener una moneda sana y hacer más competitiva a nuestra economía para integrarnos al mundo deben ser políticas cuya continuidad no quede bajo un manto de dudas en cada elección.
“Es muy difícil que las empresas inviertan, las personas planifiquen a futuro, y se edifiquen las bases para el crecimiento y el desarrollo si existe el riesgo de que la política económica de un país oscile como un péndulo, de extremo a extremo”, opinó.
En su reflexión, el jefe de la autoridad monetaria mostró algo de optimismo. “He notado en esta campaña electoral cierto consenso en relación al tema del equilibrio fiscal. Se lo denomina de distintas maneras: algunos hablan de evitar el endeudamiento excesivo, otros de reducir el déficit fiscal. En el fondo estamos hablando de cosas similares”, dijo.
Asimismo, dijo que la política debe ponerse de acuerdo en torno a que el país debe sumar competitividad integrado al mundo. "Las exportaciones no son un excedente, son el resultado de inversiones que requieren de un horizonte de previsibilidad", expresó.
Por último, el banquero se enfocó en el asunto monetario. “En la necesidad de también en este sentido edificar consensos. Lo voy a decir en forma muy simple: es imprescindible proteger los recursos de quienes ahorran en pesos. Para ello, las tasas de interés reales tienen que ser positivas”, afirmó al defender el actual esquema de tasas de referencia cercanas al 80%.
“Todos sabemos que nuestra moneda es muy inestable y que nuestro sistema financiero es muy chico, incapaz de atender adecuadamente las necesidades de financiamiento de empresas y ciudadanos que quieren invertir o adelantar consumo. Ambos problemas son reflejo de cómo han sido perjudicados por años quienes depositaron en pesos. La desconfianza que esto ha dejado no se va a revertir de un día para el otro, pero solo lo lograremos persistiendo en este camino”, sostuvo.
Por la Corresponsalía de Buenos Aires