La inscripción de las fórmulas presidenciales dio luz verde al comienzo de una campaña electoral que para muchos analistas será de una de las más ásperas que se recuerden en la Democracia. Habrá batallas en varios frentes pero las redes sociales se perfilan como un escenario clave.
"El rol de las redes sociales será probablemente un tema candente este año", señaló el último informe del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford. Y concluyó que en el último año cayó el consumo de noticias en medios tradicionales —con tiradas por el piso y ratings tan bajos como no se veían desde hace quince años—, pero creció en Facebook, WhastApp e Instagram.
No es para menos: nueve de cada diez argentinos tienen un celular inteligente y se pasan, en promedio, unas tres horas diarias en las redes sociales, plataformas que ocupan un papel clave a la hora de informarse.
Para Adriana Amado, doctora en Ciencias Sociales (Flacso) y activista en Poder Ciudadano y en Infociudadana, "las redes sociales deberían ser casi el 100% de las campañas".
Sin embargo, ella observó que las campañas cometen un grave error, ya que usan las redes como “pantallas extendidas”. Según la especialista, “la mayor parte de los candidatos usan las redes como si fueran mini televisores donde mandan las gacetillas de prensa, los avisos publicitarios y sus declaraciones”.
- ¿Por qué es un uso incorrecto?
- Porque eso no es red social. Nuestros amigos en las redes no se pasan haciendo videos diciendo que van a salvar el país y nos lo mandan. Si fuera así, los bloquearíamos de inmediato. El sistema está muy 'seteado' en lo que era la vieja forma de comunicación y no los sacás de ahí.
- ¿No hay diferencias entre los distintos candidatos?
- El único espacio que más o menos hizo algo diferente fue Cambiemos en la campaña de 2015. La participación y la escucha fueron clave para ellos a la hora de ganar esa elección, pero hacer eso es muy difícil cuando sos poder. Es complicado separar la red que querés construir como potencial candidato de los reclamos que te hacen. Lo ideal sería que también los sistemas de Gobierno sean participativos pero estamos en un sistema expositivo y no participativo.
- ¿Se puede decir que se hace un uso "arcaico" de las redes?
- Un uso muy pobre. Ahora llama la atención que anuncien las candidaturas en las redes sociales, pero eso es una gacetilla de prensa que antes mandaban por fax y ahora mandan por Twitter. No es trabajar en red. Eso se ve con los youtubers, ellos tienen 30 millones de seguidores pero las cosas que hacen son en base a sugerencias que le dice la red, juegan con la red, los hacen participar, generan momentos de conversación.
- ¿Macri no lo hizo?
- Macri a veces hace un Instagram Live, que es más un simulacro de vivo. Cuando sos Presidente es riesgoso hacerlo como parte de la campaña.
- ¿En qué sentido?
- En la campaña vos trabajás mucho con tu destinatario y con el potencial destinatario. Pero cuando sos gobierno, trabajás sobre todo con el contradestinatario. Es decir, con tu opositor. Ahí es cuando vemos la agresividad en las redes. Las redes están preparadas para que vos hables solo con tu grupo de referencia, que es la llamada 'burbuja', que se la suele criticar pero que tiene el efecto positivo de que si yo hablo de periodismo, a mí me sigue gente que le interesa eso y no las mascotas. Pero esto en la gestión pública es más difícil porque tenés que gobernar para el que le interesa el periodismo y el que le interesan las mascotas.
- ¿Los medios masivos siguen siendo preponderantes?
- Sí, la campaña sigue estando preparada para los medios masivos. Las redes se usan en función de lo que puedan obtener de ellos. Se usan con el objetivo de estar en la televisión o en las noticias de los diarios. Y una red en sentido puro debería priorizar ese contacto con tu comunidad. Por definición, la red nunca es masiva porque por definición, que es lo que pasa en Twitter que uno cree que porque es público es masivo, pero en realidad es de nicho.
- ¿Las redes sociales son un vehículo para captar votos o es una mera burbuja en la que los participantes tienen plena conciencia de los mensajes a los que están expuestos?
- No existe ningún trabajo serio que demuestre que ningún medio puede hacer algo distinto a lo que vos tenés ganas de hacer. La idea de la manipulación es una teoría de los años 60 que se enseña mucho en nuestras universidades, pero que jamás se demostró. Sin embargo, es una teoría muy atractiva porque siempre uno le puede echar la culpa a alguien cuando hay un fracaso.
- ¿Las fake news son un problema?
- No lo creo. El gran problema que tenemos no es que la gente cree las noticias sino que las evita porque la pone de mal humor.
- Entonces, no es un tema que te preocupe…
- Estamos todos obsesionados por la verificación y ni siquiera es el principal problema, la gente no evita las noticias porque cree que son falsas sino porque los pone mal. Por eso la gente se refugia en Instagram, que es la única red que creció, porque es la menos fatalista.
- ¿Y el uso indebido de datos?
- El problema de los datos es cuando el Estado, que tiene tus datos, los usa use para hacer proselitismo. Esto pasa en todos lados y la política le pateó el problema a las redes sociales. Cuando el problema es el uso de los datos públicos para fines particulares que es el de un partido. La indignación que la política tiene con las redes sociales es porque no está cumpliendo con las expectativas que tenía porque tienen reglas que no la ponen ellos.
- ¿Qué opinás de los memes políticos?
- Son lo más saludable de las redes, es el nuevo humor político. Nosotros habíamos erradicado el humor de los medios masivos, durante muchos años vos no podías hacer caricaturas ni reírte del Presidente. Y de pronto la irreverencia apareció en las redes de esta manera casi anónima, que aparece de manera espontánea y que te permite ver algo que está pasando. Hay mucha gente que se informa a través de los memes y después van a buscar la noticia. Demuestran lo que son las redes: participan los usuarios. Si solo participa el emisario institucional, no es una red.