En 2016, un grupo de futbolistas chilenas se organizó para presionar a la federación de su país, que por varios años dejó de darles apoyo y por eso desaparecieron de la clasificación mundial de la FIFA. Hoy son la primera selección femenina de su país en clasificar a la Copa del Mundo.
"Estamos haciendo historia", dijo al New York Times la ahora dirigente Iona Rothfeld, luego del debut frente a Suecia en Francia. Hace poco más de dos años, la federación chilena no incluyó al seleccionado femenino en su calendario de actividades. Rothfeld y sus compañeras se enteraron a través de la prensa que habían desaparecido de la clasificación.
"Me dolió que nos volviéramos invisibles, que dejáramos de competir y de existir para el fútbol mundial después de trabajar tan duro para poner a Chile en el mapa", dijo. Pero la dirigente tuvo una idea: organizarse en un sindicato para presionar a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
"Yo misma pensé en retirarme de la selección cuando el fútbol femenino estaba tirado", expresó por su parte la capitana del equipo Christiane Endler, quien fue elegida la mejor arquera de la liga francesa por su labor en Paris Saint-Germain.
La Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino de Chile (ANJUFF) que Rothfeld dirige se constituyó en junio de ese año, y otras colegas comenzaron a sumarse. A fines de mayo de 2017, la selección volvió a las canchas después de más de dos años sin jugar.
Por entonces se preparaban para la Copa América 2018, que gracias al empuje del sindicato se disputó en las ciudades de La Serena y Coquimbo. En cada partido del equipo hubo un promedio de 20 mil espectadores y la cadena Chilevisión catalogó aquella Copa como el hito televisivo del año.
La Roja sólo cayó 3 a 0 ante Brasil, pero le ganó 4-0 a la Argentina y finalizó en el segundo lugar. Así consiguió la clasificación histórica para su primer Mundial.