Cristián Javier Simari Birkner es un deportista olímpico rionegrino, nacido en San Carlos de Bariloche. Fue representante de la Argentina en 4 Juegos Olímpicos (Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín 2006, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010, y en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014) y aseguró desde el principio que, su visión siempre fue mantener la disciplina en el deporte y siempre tener una proyección competitiva, para superarse a uno mismo. “No se llega a los juegos olímpicos si no querés ganar en todo lo que haces”, remarcó Cristián.
Su cuna fue el esquí alpino, ya que nació en una familia de esquiadores de Bariloche y algunos de sus tíos, habían competido en JJ.OO cuando Cristián era solo un niño. Esas participaciones y ejemplos en su familia lo llevaron a interiorizarse en el la disciplina y de a poco aprendió a esquiar y a tomar esta actividad como un estilo de vida. Tan es así que, logró alcanzar estándares de deportista de alto rendimiento hasta ser deportista olímpico y ser abanderado de la comitiva olímpica argentina, en tres oportunidades.
Sus inicios se dieron en la primera mitad de la década del 80 cuando él tenía 4 años. Cristián relató que en Bariloche era común esquiar, pero su amor por el esquí se acentuó en la década del 90, en su primer viaje a Europa, donde visitó lugares donde esta actividad se desarrolla de manera profesional. En ese momento, la figura que lo inspiró fue el esquiador Alberto Tomba, un múltiple medallista olímpico del sur de Italia que, al parecer en el ambiente del esquí, no tendría muchas chances de ganar por su procedencia sureña. Lo cierto es que fue el mejor esquiador de la historia italiana y ver a ese “monstruo” bajar por la pista, haciendo eslalon, en un ambiente colmado de miles de seguidores, despertó un gran interés en Cristián. “Salimos de ahí y le dije a mi mamá ‘yo quiero hacer esto en mi vida. Yo quiero correr acá’”, recordó.
Luego de un período de entrenamiento duro, preparación física, mental y deportiva, Cristián se vio dentro del equipo que llegó a los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002, en Estados Unidos de América. Allí estuvo concentrado en lo deportivo, con las situaciones que lo diferenciaba de los equipos europeos, pero con el espíritu fortalecido y enfocado en participar. Si bien sufrió algunas desilusiones, eso lo llevó a reforzar su preparación y a enfocarse en conseguir la estructura técnica que necesitaba para avanzar dentro del esquí profesional.
Cristián habló de sus experiencias, y remarcó la satisfacción que le dejó y le deja la práctica del esquí de descenso, haciendo eslalon. Así es que remarcó que “el esquí de competición, el descenso, es la disciplina que te da las sensaciones más lindas”. En este proceso, logró estar en el puesto 32 a nivel mundial, aun, sin tener la totalidad de la estructura que precisaba. “Es increíble, cuando bajas en descenso a 150 km/h, no hay ninguna otra disciplina que te de esas emociones”, expresó y aseguró que disfruta de todas las pistas en las que le toca transitar.
En un acto de sinceridad y con cierto pesar, por su pasión por el esquí, por su experiencia por décadas dentro de la actividad y por ser parte de la historia viva del esquí de competición, reconoció que en nuestro país “las cosas van cambiando, pero no avanza”. Remarcó que, en los últimos 30 años, este es uno de los peores momentos para el esquí argentino y si bien está el ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), hay menos chicos dedicados de lleno a este deporte y no hay alguien que se esté destacando.
Desde su punto de vista hace falta el acompañamiento a esos chicos que llegan a buenos niveles de competición. Hace falta reforzar ese acompañamiento familiar desde las estructuras de la Federación y el país, para que esos atletas que representan a la Argentina en el mundo, puedan dar pasos sólidos en el deporte y desarrollarse de manera profesional. En este sentido, destacó el acompañamiento familiar y comentó que, en su experiencia, tuvo que acoplarse a estructuras ya armadas, como fue el caso de entrenar 2 años con el equipo italiano de Copa Europa hasta que le pusieron trabas para continuar. En ese momento, el nombre y apellido de Cristián Javier Simari Birkner, aparecía entre los primeros 10 e incluso llegó al podio, con la victoria y la bandera argentina sobre sus hombros.
Actualmente, es entrenador de nuevos talentos del esquí. Entrena a deportistas extranjeros, como es el caso de un competidor italiano que es uno de los mejores del mundo en su edad y deportistas de nacionalidad inglesa, rusa y suiza. Todos bajo su entrenamiento y en torno a la confianza de aquellos que ven en Cristián, una figura de renombre y autoridad dentro del deporte. Esos atletas, que participan en altas competencias, depositaron en él la confianza para llegar a lograr grandes estándares. En este sentido, es un gran reconocimiento a su esfuerzo y trayectoria, ser elegido como entrenador de deportistas que, en su país se compite de manera profesional, es motivo de honra y orgullo.
En su relato, Cristián, siempre remarcó el acompañamiento de la familia y reconoció que “sin la familia, se hace difícil”. Así como también remarcó que lo más importante no es el resultado de las competencias, sino todo lo que uno vive en torno a la práctica del deporte “son los momentos que viví, los amigos que cree, las experiencias que aprendí durante el camino de ser un deportista. Creo que son las cosas que más me voy a guardar durante mi carrera”, dijo.
Haciendo un resumen, su vida es la que quiso vivir, con sus errores y aciertos, con las cosas que empeñó para dedicarse a esquiar y las cosas que logró en torno a su estilo de vida. Los amigos, el plano académico, los estándares sociales, la familia. A ellos, siempre agradecido, por sus esfuerzos y la dedicación que le pusieron para que él hoy sea el hombre que es. Cristián tiene sus hijos y ve en ellos, aquello que hizo su familia por él a lo largo de estos 41 años. “Lo que hicieron papá y mamá, es impagable y si es a alguien a quien tengo que agradecer, es a la familia. Mis abuelos, a toda la familia”, remarcó.