Las características de la Antártida con temperaturas que en los meses cálidos apenas alcanzan los 0°C y en el invierno llegan a -40ºC, en lugares hasta -70ºC, sus días y noches eternas de seis meses de duración, su nula fauna terrestre y su superficie helada y blanca, durante siglos la aislaron de los territorios poblados. Eso que parecía una condena, hoy es una salvación. No hay forma que el coronavirus entre si no lo trae alguien del continente.
Para lograr que la pandemia no alcance a una región donde los recursos sanitarios y logísticos son complejos, los gobiernos de los países miembros del Tratado Antártico, entre ellos la Argentina, adoptaron diversas medidas de prevención. En primer lugar se suspendieron las inspecciones recíprocas que las dotaciones de las bases suelen realizar para verificar el cumplimiento del acuerdo internacional.
Marzo y abril son meses claves para los casi 5 mil científicos y militares que viven en las 80 bases y centros de investigación, ya que hasta al menos la primera quincena del mes, se realiza el recambio de dotaciones y el reaprovisionamiento de víveres, combustible y otros insumos. También el retiro de los llamados "residuos antárticos", tarea imprescindible para mantener sano y salvo el ecosistema. Estas acciones que se realizan por aire y mar son vitales y no fueron suspendidas.
Otra de las medidas preventivas fue prohibir la llegada de turistas. Se calculaba -para este año- la llegada de 80 mil turistas al continente. Lo que se redujo finalmente a 40 mil solo en verano y quedaron suspendidas desde fines de febrero.
"Hasta el momento en Antártida Argentina se encuentra libre de casos de infección por coronavirus. Sin embargo, como hasta fines de febrero se recibieron buques turísticos, el Ministerio de Defensa implementó un exigente protocolo en el que dispuso la obligación de presentar declaraciones juradas de sanidad marítima bajo la absoluta responsabilidad de los médicos y capitanes de las distintas embarcaciones. Además se limitaron al máximo las medidas de contacto social con el personal ajeno a la dotación. Como en otros lugares, se maximizaron las medidas de higiene personal y en los espacios comunes para minimizar cualquier posible contaminación", detalló a Infobae el teniente coronel Norman Walter Nahueltripay.
Pero si el aislamiento es complejo, mucho más es si se le suma la incertidumbre de cómo lo viven los familiares que quedaron en el continente. En ese sentido el titular de la base señaló: "Hasta la fecha no se registran casos de Covid-19 entre las familias directas de los habitantes de la base. No obstante, para todo el personal que no tiene a su familia a su lado se dispuso un canal de comunicación permanente para que permanezcan informados de la salud de su entorno. Los médicos que prestan servicios junto a nosotros se pusieron al servicio de todo el personal para reforzar los conceptos y consejos médicos sobre aquellos puntos en los que deben insistir a sus familias para evitar contagios".