Los años y la larga carrera política le permitieron a Osvaldo Jaldo presentarse como el primer gobernador de la provincia que no usó mensaje escrito en el acto inaugural desde la vuelta de la democracia. Además, con serenidad y los cambios de tonos en la voz, le sirvieron para saludar y agradecer al candidato a presidente del peronismo Sergio Massa y a su antecesor Juan Manzur, reconociendo que tuvieron diferencia, pero que las zanjaron en las urnas.
Un párrafo especial destinó a su “familia por su apoyo inquebrantable: a mi esposa, Ana María Grillo, a mis hijas Belén y Celeste, y a mis nietas Amparo y Aurora, que son una fuente constante de alegría”. Pero, el mayor énfasis lo puso cuando advirtió que “no le va a temblar el pulso” para tomar medidas correctivas y hacer los ajustes que sean necesarios.
A los empresarios les hablaba al igual que cuando lo hace mano a mano, con cada uno de ellos. Jaldo mostró que disfrutaba del momento, más aán cuando, en una parte de la ceremonia, como si hubiera sido una jugada preparada, su nietita de 2 años le alcanzó el bastón de mando, marcando una tierna escena y un aplauso especial.
Era el momento culmine: tenia el símbolo de máxima autoridad. Estaba contento y no era para menos. Pasaron 40 años para llegar a este instante y se ocupó de recordar que fue “escalón por escalón” señalando que ocupó cargos desde concejal, intendente, legislador, diputado nacional, ministro hasta llegar al día de hoy.
Pero también la liturgia peronista: estaba presente: la militancia que desde temprano comenzó desafiando al fuerte calor de la jornada. acompañaba con afiches, globos y pancartas. El flamante gobernado dijo que era una fiesta de la democracia.