Las manchas encontradas en las zapatillas del único detenido por el crimen del sacerdote Oscar Juárez, asesinado de 15 puñaladas el miércoles 15 de este mes en su vivienda parroquial de la Capital, son de sangre humana y serán cotejadas con el ADN de la víctima para ver si se corresponden.
Los informes químicos determinaron que las máculas que había en las zapatillas del acusado de 31 años, son efectivamente de sangre humana. En tanto, las pruebas fueron realizadas por peritos del Cuerpo Médico Forense del Ministerio Público Fiscal, quienes detectaron los rastros en las plantas de goma de las zapatillas incautadas.
Asimismo, el informe químico fue comunicado este viernes a la fiscal de Homicidios a cargo de la causa, Adriana Giannoni, quien espera ahora que el calzado sea remitido junto a otras evidencias al Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de Buenos Aires para que se lleven adelante comparaciones genéticas con el ADN del sacerdote.
Hasta ahora el único detenido es hijo de Norma Lilia Velárdez, la secretaria de la Iglesia San Martín de Porres, donde mataron al sacerdote. Las pesquisas sostienen que Velárdez conocía la existencia de una suma de dinero que la víctima tenía guardada.
Por este motivo, le contó a su hijo y éste ingresó a la casa parroquial para robarlo, momento en que fue descubierto por Juárez y lo asesinó a puñaladas. Asimismo, la hipótesis surgió luego que los hermanos del detenido declararan ante Giannoni que el sacerdote tenía ahorrados 67.000 dólares, aunque un día antes del crimen se los había dado a ellos para que se los cuidaran.
Los pesquisas lo detuvieron durante un allanamiento en un domicilio ubicado en el pasaje Hernán Cortez al 3200, en Villa Luján, tras analizar las cámaras de seguridad municipales. Además de los análisis de sangre, se aguardan resultados de pericias a teléfonos celulares secuestrados en el marco de la causa.
El cuerpo del sacerdote fue descubierto la mañana del miércoles 15 de julio por una empleada de la iglesia que advirtió que estaban violentadas las puertas de la casa donde se alojaba Juárez. De inmediato, un patrullero concurrió al lugar y encontró el cuerpo del cura tapado con una sábana.