La madrugada del domingo se vió bruscamente alterada en el barrio de Villa Santillán, en Santa Rosa, cuando se desató un tiroteo entre vecinos de un complejo de departamentos, en José Ingenieros al 1100.
Un grupo de policías federales se habrían reunido a cenar en un departamento del primer piso, y el vecino de la planta baja, un agente del Servicio Penitenciario Federal, molesto por el volumen de la música y los ruidos, esperó a que se retirara la mayoría y subió con su escopeta reglamentaria cargada.
Tras un intercambio de alrededor de 17 disparos, el agente David Garnica (29), jujeño, y el subinspector Gabriel Díaz (28), tucumano, ambos de la Policía Federal, resultaron muertos.
El agresor, José Pablo Martínez (43), agente penitenciario, recibió dos disparos calibre 9 mm. provenientes de las armas reglamentarias de los policías, bajó herido a su departamento y se disparó en el pecho con su escopeta, falleciendo en el acto.
El fiscal del caso, Oscar Cazenave, indicó que pudieron recrear el episodio en base al resultado preliminar de la autopsia y calificó el episodio de "lamentable y absurdo".