En el primer día de cuarentena obligatoria dispuesta por el Gobierno nacional para hacer frente a la pandemia del coronavirus, la ciudad de Santa Rosa muestra un escaso movimiento similar a un día feriado.
Están cerrados la mayoría de los comercios considerados no esenciales, no trabajan los bares ni hay atención al público en los bancos aunque estos últimos cuentan con el personal indispensable afectado a las tareas de homebanking y a la reposición de dinero en los cajeros automáticos.
Los taxis casi no trabajan pero hay algunas personas comprando en las farmacias y colas de gente en los supermercados, mientras se nota la presencia policial en las calles a modo de prevención.
También funciona el transporte urbano de pasajeros aunque con muy pocos pasajeros, hay recolección de residuos y las calles de los barrios se ven casi desiertas, con algunas excepciones de trabajadores municipales, otros vinculados a la construcción o los que cumplen tareas en los servicios esenciales.
Los entes públicos licenciaron al personal mientras que el sector comercial funciona parcialmente y con restricciones aunque se permite el abastecimiento de los comercios dedicados a la venta de alimentos, medicamentos y combustibles, entre otros.