Un grupo de alumnos de economía de quinto año del Colegio Sagrado Corazón de Santa Fe inició un proyecto que brinda una herramienta para mayor seguridad de los jóvenes, especialmente mujeres, a la hora de salir al boliche.
El producto se llama “ScrunchieCup”, una gomita de pelo que tiene incorporado una tapa de plástico para evitar que alguien pueda introducir alguna sustancia a la bebida de la persona. La colita para el cabello se coloca sobre el vaso, y de esta forma detecta si hay algo fuera de lo común.
La iniciativa de los estudiantes surgió a raíz de un programa escolar sobre la creación de una empresa, en la que integran y manejan los jóvenes para comercializar sus propias producciones.
La palabra de una de las docentes de los estudiantes del Colegio Sagrado Corazón
Natalia Constantino, docente de Orientación en Contextos Laborales, habló con TN y explicó que si bien la colita para el pelo existe, “lo novedoso es que dentro de ella se colocó un tapa vaso de tela ajustable que cualquier persona puede llevar en la muñeca o el pelo”.
Luego enunció que esta propuesta es para las mujeres. Pero de todas formas, “los varones del curso están comprometidos a la par de ellas con este proyecto”, aseguró la profesora de los chicos.
La autoridad educativa expuso que es un programa que arrancó en abril y finaliza en noviembre. “Los chicos y las chicas tuvieron que organizarse, armar una empresa real y diseñar un producto que pudieran ofrecer”, contó.
La idea del proyecto nació a partir del trabajo con Junior Achievement Argentina, una organización mundial sin fines de lucro que impulsa el espíritu emprendedor. “Y fue gracias a MA propiedades, una empresa de desarrollo inmobiliario, que apostó a los chicos y por esa razón obtuvimos la beca para participar”, especificó la maestra.
“Si alguien quisiera colocar alguna sustancia dentro de la bebida, con el scrunchie no pasaría. Es un accesorio de producción casera que hemos testeado en varios vasos y comprobado que, al darlos vuelta, no se derrama el líquido”, dijo Constantino.
El trabajo de los alumnos se puede ver reflejado en una cuenta de Instagram, en la que promocionan y venden el producto a $400. En sus publicaciones aseguraron que el tapa vaso de tela antiderrame es “lavable y reusable”.
Hasta ahora, los jóvenes vendieron 60 tapa vasos y quieren llegar a producir 100 más para seguir juntando dinero. Además. Constantino reveló que les gustaría incorporar un reactivo dentro del scrunchie que pueda alertar si la bebida tiene algún tipo de sustancia tóxica. “Acá en la Argentina lamentablemente no existe ese reactivo”, indicó ella.
Las autoridades educativas se reunieron con los miembros de Toxicología de la Facultad de Ingeniería Química
En una reunión entre los docentes y los integrantes de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral, acordaron iniciar una investigación para mejorar el producto.
La profesora de Orientación en Contextos Laborales declaró que lo que les preocupa a los investigadores es que “no existe nada que detecte la droga de la violación, que no es una sino muchas. Me he reunido con miembros del Conicet incluso. Necesitamos que este proyecto se ponga en una mesa de discusión real y se investigue”, atestiguó.
Uno de los objetivos de los creadores del scrunchie es que éste tenga incorporado un adhesivo que funcione como reactivo, pero que no afecte al contenido del vaso. “Nos excede esta investigación porque no podemos manipular sustancias tóxicas en el colegio. Tampoco tenemos el capital para invertir en esto. Estamos trabajando con menores de edad, y para poder llevarlo a cabo sus familiares debieron firmar un consentimiento”, explicó Consentino.
Otro de los propósitos de juntar dinero es para ayudar a Julián Di Pasquale, un gimnasta de 13 años, alumno de la misma escuela, que busca representar al país en el Sudamericano de Gimnasia Artística entre el 8 y el 14 de noviembre en Guayaquil, Ecuador.
“Queremos donar parte de esta potencial ganancia, que para él va a ser un montón porque no puede costear la totalidad del viaje”, concluyó la docente.