A poco de cumplirse 16 años desde que Alejandra “Locomotora” Oliveras se coronó campeona mundial supergallo de la WBC en México, la boxeadora recordó un triste episodio que vivió a pocos días de la pelea. “Encontré a mi marido en la cama con mi hermana”, dijo.
“Diez días antes de irme a México a pelear por el título del mundo, encontré a mi marido en la cama con mi propia hermana”, reveló en declaraciones radiales la deportista que desde hace muchos años está afincada en Santo Tomé, Santa Fe.
“Me fui a México con el corazón destrozado, creo que me vengué con Jackie Nava por lo que me había pasado”, bromeó respecto al consagratorio enfrentamiento del 20 de mayo de 2006. Y en parte ocurrió algo de eso, porque el desengaño la llevó a entrenar mucho más fuerte.
“Me quería morir, fue una puñalada por la espalda. Para no llorar, entrenaba, porque sentía que no podía suspender el sueño de mi vida. En ese momento él era el amor de mi vida y tardé un año en estabilizarme”, admitió y agregó que esta y otras historias formarán parte de la serie de Amazon que repasará su vida.
Antes de la infidelidad de su marido había sufrido una infancia muy pobre y violencia de género siendo una adolescente embarazada. Era tal la precariedad en la que vivía que llegó a dormir en el suelo y trabajar en cinco gimnasios para darle de comer a sus hijos.
“Los golpes de la vida son peores que los del ring, porque no los esperás. La pelea mas dura es la vida, es levantarte todos los días y decir ‘no voy a aflojar’”, recordó. A su ex marido lo perdonó pero nunca volvió con él.
Respecto a la pelea de 2006 añadió: “Yo sabía que iba a ganar porque nadie entrenaba como yo: hacía 10 horas por día, de lunes a lunes”, aseguró. Una vez que obtuvo el título, destinó los u$s2.800 de premio a equipar su casa.