En una casona antigua, llena de recovecos, funciona la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) en el norte de Santa Fe. Hasta ahí llegamos contando Historias y leyendas de los pueblos de Argentina.
A un kilómetro de Moussy, la localidad que estuvimos recorriendo esta semana, están las viejas vías del tren y la escuela, donde conviven en un internado chicos y chicas. Hay instalaciones amplias y mucho campo alrededor.
Nos recibe Fernando Braidot, el director de la escuela, quien quiere transmitir con una sonrisa de bienvenida toda la historia que guardan estas paredes. Caminamos hacia la entrada y empezamos a conocer más de la vida en Moussy y de la antigua mansión Frey, donde está la escuela.
Mirá el video de la EFA en Moussy
"Esta familia (Frey) ha traído los materiales para construir esta casona de Inglaterra", contará Fernando en el recorrido. La habitación personal de la dueña de la casa fue transformada hoy en un dormitorio compartido para las mujeres.
"Los cielorrasos estan ubicados a 4.50 metros, lo que habla de la excelente ventilación, la excelente refrigeración, que tenían en cuenta en la época de la construcción", añade. Cabe mencionar que en una jornada de 38 grados al momento de nuestra visita, el interior de la escuela se mantenía fresco, con varios grados menos que el exterior.
"Estamos hablando de 130 años atrás y en aquella época la dueña de la estancia ya tenía agua caliente en su bañera", cuenta Fernando. Lo descubrieron al hacer refacciones y hallar el trazado de la cañería de la época que llegaba hasta una bañera enlozada, seguramente traída desde Europa.
Los alumnos más jóvenes que hoy concurren a la escuela tienen 12 años y conviven junto a compañeros de 13 y 14 años, los de primero y segundo año. Ellos están 15 días. Se alternan con chicos de tercero y cuarto año que vienen en otro turno de días.
Los materiales nobles, los vidrios grabados, rejas y muros que se conservaron a través del tiempo son parte de la esencia de la casa. El apellido Frey es conocido en la zona porque allí se origina la familia que luego en Córdoba comenzaría el emprendimiento de mermeladas Orieta.
"Maruca Frey amaba a los niños y soñaba, deseaba que este lugar se conviertiera en una escuela. Décadas después esto fue posible gracias al empeño y la decisión de padres y jóvenes que veían la necesidad de contar con una escuela secundaria en el medio rural", rememora Fernando Braidot.
El director de la escuela no esconde su orgullo al afirmar la importancia de esta escuela, "es una institución privada que pertenece a los padres".