Es una semana clave la que tiene por delante el gobierno de Miguel Lifschitz, que este miércoles enfrentará al desafío de tratar en sesión extraordinaria el proyecto de reforma de la Constitución que no termina de avanzar en comisiones.
Mientras en la Cámara de Diputados los votos parecen no llegar para propiciar el debate sobre tablas, que demanda dos tercios de las adhesiones en el recinto, el diputado provincial Luis Rubeo insistió este lunes en su postura de rechazar el mensaje que giró el ejecutivo, pero admitió que le envió una carta al gobernador Lifschitz para que presencie la sesión.
"El motivo de invitarlo es porque tiene una gran responsabilidad en sus manos", planteó Rubeo que va por el rechazo, aunque reconoció abiertamente ser reformista. El legislador propone que que en las boletas de las elecciones del año que viene se incluya las elecciones de los constituyentes.
En declaraciones a Radio 2, Rubeo dijo su "preocupación es que pasado el miércoles esto quede en un cajón y el tratamiento no siga y creo que tiene que seguir. Hoy si se reforma o no la Constitución es responsabilidad de Lifschitz".
“Creemos que hay que reformar la Constitución, pero no es el momento para hacerse”, añadió el diputado provincial que canalizó una iniciativa alternativa cuando el Frente Progresista empezó a tentar a los legisladores para conseguir los votos para la reforma.
El mensaje del Ejecutivo, junto al proyecto de Rubeo (PJ), y otros dos textos elaborados por Héctor Cavallero (PPS) y Carlos Del Frade (Frente Social y Popular) están en análisis en comisión y es imposible que consigan despacho antes de este miércoles, por lo que en sesión extraordinaria para abrir el debate se necesitará una mayoría especial de dos tercios de los presentes para disponer a la cámara en comisión y tratar el proyecto. En caso de reunirse esa mayoría especial, luego será necesario otra vez reunir los dos tercios de los integrantes del cuerpo para aprobar el mensaje y girarlo en revisión al Senado.