Al margen de las fricciones producto de la transición en la provincia, el gobernador Miguel Lifschitz y su sucesor Omar Perotti coincidieron en denunciar un golpe de Estado en Bolivia luego de la renuncia de Evo Morales. Ambas declaraciones ratificaron el pronunciamiento del Partido Socialista (PS) a nivel nacional y de las autoridades santafesinas del justicialismo.
Mientras el expresidente del país andino tramitaba la salida diplomática que le permitiría llegar a México, el titular de la Casa Gris argumentó que las Fuerzas Armadas del país "desconocieron a un presidente constitucional en ejercicio, empujándolo" a dejar su cargo. "Nada justifica la ruptura del orden institucional y la violencia policial", remató este domingo a la noche.
Al igual que el dirigente del Frente Progresista, el gobernador electo apeló a redes sociales para hacer público su "total repudio" por el desplazamiento de Morales y su gabinete. "Quiero brindar nuestro apoyo irrestricto al pueblo boliviano y que rápidamente se restablezcan los mecanismos democráticos", afirmó el rafaelino.
Así como el senador nacional pidió "que nunca más un país hermano sufra un proceso de interrupción democrática", el intendente José Corral adoptó una postura similar y adhirió al comunicado de la Unión Cívica Radical (UCR) respecto del conflicto al norte de Argentina.
El ex candidato a gobernador de Juntos por el Cambio fue quien más se aproximó a un repudio del macrismo santafesino por la renuncia de Morales y la denuncia del golpe de Estado. Autoridades partidarias y legisladores nacionales del PRO no se manifestaron sobre la crisis política desde el domingo.
