Con el testimonio del preso que aseguró saber quien mató a Nélida Villar y el pedido de más pericias, entre ellas pruebas de ADN, análisis de celulares y una plantigrafía, se desarrolló una nueva jornada del juicio por el asesinato de la joven de 21 años en Malargüe ocho años atrás.
El reo, que actualmente está cumpliendo una condena en el penal de Almafuerte de Mendoza, compareció ante el tribunal y ofreció una versión de lo sucedido el 7 de mayo de 2013 en Malargüe en la que dejó de lado a los acusados del homicidio, Abel Vázquez y Lucía Carrasco, e involucró a dos hombres, el “loquillo” y el “carrito”, y también a una mujer.
Aseguró que lo mantuvieron secuestrado para evitar que dijera lo que vio aquel día en el cerro donde encontraron el cuerpo de la víctima.
El esperado testimonio del preso
De acuerdo al testigo se encontró en el cerro Ceferino con las tres personas aunque no podía acordarse si fue la noche que hallaron el cuerpo o en otra fecha.
“Era tipo 21:30, yo estaba con una chica que ya falleció, quise dar la vuelta por detrás del dique y me encontré de frente al Loquillo y a otro sujeto al que le dicen Carito”, comenzó el relato.
“El primero me dijo vos no viste nada, mientras que el segundo me puso una patada en la boca del estómago y me dejó tirado”, prosiguió.
Después de contar que “el loquillo ya falleció”, el reo continuó con su versión de los hechos y aseguro que esos mismos sujetos lo fueron a buscar a la casa de madrugada y lo mantuvieron “secuestrado durante 3 días y bajo amenazas” para que no diga nada sobre lo que había visto.
También sostuvo que aquel día estaba alcoholizado y drogado, sin embargo, ofreció detalles pormenorizados de las prendas que vestían las personas que vio en el cerro..
La contradicción llegó cuando le consultaron por la mujer que lo había acompañado al cerro y contestó que en realidad estuvo junto a dos damas.
El testimonio del preso fue incluido a último momento por pedido de la defensa de Lucía Carrasco.
El hombre se había contactado con la imputada por redes sociales asegurando que le “podía dar una mano” a Abel Vázquez, su esposo y también imputado, para que “no se coma una banda de años”.
Sin embargo, al finalizar la ansiada declaración, el fiscal Pablo Peñasco lejos de concederle algo de crédito solicitó a los jueces Néstor Murcia, Jorge Yapur y Sergio González que lo procesen por falso testimonio.
Pedido de más pruebas
Entre los aspectos más saliente del debate que se desarrolló este jueves estuvo el pedido de más pruebas por parte de la fiscalía.
Peñasco solicitó relevar nuevamente muestras de ADN de ambos imputados (Abel Vázquez y Lucía Carrasco) para cotejarlas con los secuestros obtenidos en la investigación entre los que hay objetos filosos, guantes de descarne, guantes de látex y la bicicleta de Nélida Villar, entre otros.
Además, remitieron una parte al Registro Provincial de Huellas Genética, para cotejar ADN.
Las muestras fueron tomadas en la sede judicial por personal de Policía Científica y el Cuerpo Médico Forense.
Se espera que la semana próxima arriben estos resultados, al tiempo que se dé lectura a otras testimoniales y se admita la prueba instrumental.
También requirieron el análisis de los teléfonos celulares de los imputados y también la víctima para chequear los mensajes, las llamadas y la ubicación desde donde se realizaron, sobre todo la última comunicación entre la víctima y Vázquez.
Entre las nuevas pruebas el fiscal pidió al Cuerpo Médico Forense los resultados que se habrían obtenido de los análisis bioquímicos, anatomopatológicos e histopatológicos, análisis de orina y de sangre para determinar si Nélida Villar estaba o no embarazada cuando fue asesinada.
Estos resultados no estaban agregados al expediente original de la causa.
El pie de la acusada
Una de las pruebas que solicitó la fiscalía y se llevó a cabo durante el jueves fue una plantigrafía a pie descalzo de Lucía Carrasco.
La medida surgió luego del testimonio de un ex integrante de Policía Científica que en 2013 estaba de servicio y trabajó en el lugar del crimen.
Según el especialista, entre las evidencia que halló en el cerro donde encontraron el cuerpo de Nélida Villar, había una pisada de mujer.
La huella era de una zapatilla de una marca conocida que correspondería a un número 38.
Para la fiscalía, al momento de tomarle las medidas del pie a Carrasco durante la investigación, no se hizo de forma correcta.