Monseñor Eduardo María Taussig redujo al estado laical a Fernando Yáñez.
La sentencia canónica impuesta por el obispo del sur mendocino es la máxima pena que se le puede aplicar a un sacerdote, fuera de la excomunión.
El decreto con la dimisión del estado clerical es por los delitos de "desobediencia pertinaz, ejercicio ilegítimo de una función sacerdotal y suscitar públicamente aversión y odio contra la Sede Apostólica o el Ordinario" y es de efecto inmediato.
Por medio de un comunicado emitido en la mañana de hoy, desde el Obispado del sur mendocino informaron que "en razón de la sentencia, Fernando Miguel Yañez no podrá realizar ningún acto ministerial, ni usar vestimenta eclesiástica, ni reclamar para si ningún privilegio que el derecho disponga a los clérigos".
El juicio canónico contra el sacerdote había comenzado 11 años atrás y con el correr del tiempo le sumaron una la acusación más por "el posible delito de abuso de un menor a su guarda", mientras estaba al frente del hogar San Luis Gonzaga en Monte Comán.
En consonancia con la justicia penal, el obispo Taussig absolvió a Yáñez ya que "no se han encontrado pruebas, ni testimonios fidedignos del mismo, por lo que no se expide al respecto", indica el comunicado.
La denuncia en la faz penal por la que Yañez estaba imputado por abuso sexual simple la inició la Dinaf en 2014 y el viernes de la semana pasada, después de cinco años, llegó a su fin con la absolución del cura. La causa se cayó porque el fiscal y la parte querellantes directamente retiraron la acusación.
Según la información suministrada por el obispado sureño "el sacerdote Fernando Yañez cumplió en sus primeros años de ministerio, una tarea como pastor de los fieles en la Parroquia de Monte Comán, atendiendo a los más necesitados y postergados. Lamentablemente, en un momento de su ministerio tomó una actitud de abierta rebeldía a la autoridad de la Iglesia, en la que ha permanecido en forma contumaz, a pesar de los numerosísimos esfuerzos por hacerlo deponer su actitud y volver a la recta disciplina eclesial".
"Esta actitud constituye un delito - continúa el comunicado - que se opone a su condición de sacerdote. El escándalo suscitado por sus acciones y palabras, requiere de una sanción congrua".
Por último valoran los "beneficios que la comunidad ha recibido del sacerdote Yáñez" por lo que "elevan oraciones y súplicas por su conversión y enmienda".