Julieta Silva (30) ya no goza del beneficio de prisión domiciliaria y fue trasladada a la cárcel de San Rafael el 6 de noviembre, donde cumple la condena por la muerte del rugbier Genaro Fortunato (25). Su abogado defensor, Alejandro Cazabán informó que pedirá las salidas transitorias.
"Estamos estudiando distintas alternativas, todas previstas dentro de la Ley de Ejecución Penal, y una de ellas son las salidas transitorias. Se trata de un beneficio mínimo al que puede acceder Julieta por el transcurso que lleva detenida. Hacia el fin de semana haremos el planteo ante el juez de ejecución penal", manifestó Cazabán a Diario San Rafael.
Silva cumple una condena de 3 años y 9 meses por el homicidio de Genaro Fortunato, ocurrido en septiembre de 2017 a la salida de un boliche.
La decisión de que Silva volviera a la cárcel fue adoptada por los jueces Rodolfo Luque, María Eugenia Laigle y Julio Bittar, los mismos que la habían condenado en el juicio oral, tras el fallo de la Corte Suprema que desestimó en julio pasado los planteos formulados tanto por el Ministerio Público Fiscal, para que se condene a la mujer a una pena mayor, como por la defensa de la condenada, para que se revoque el fallo y sea absuelta.
Ante esta situación, la defensa de Silva presentó un recurso extraordinario para que la condenada pudiera continuar con la prisión domiciliaria, lo cual fue rechazado el martes último por el máximo tribunal provincial.
Por este motivo, personal penitenciario fue a buscar a Silva a su domicilio y la trasladó nuevamente a la cárcel, donde ya había estado al comienzo del caso.
La muerte de Genaro Fortunato
El hecho ocurrió cerca de las 6 de la madrugada del 9 de septiembre del 2017 a la salida de La Mona Bar, ubicado en Hipólito Irigoyen y El Chañaral, de San Rafael, donde Silva y su novio habían concurrido unas horas antes.
De acuerdo a los testigos, el joven mantuvo con Silva una discusión en la puerta del local, tras lo cual, la joven se retiró y subió a su auto Fiat Idea, con el que atropelló y mató a la víctima.
Según relató Silva ante los jueces en el juicio oral, al momento del hecho no usaba los lentes recomendados por su astigmatismo y no vio a su novio tirado en la calle.