A última hora del viernes, el fiscal Guillermo Villalba solicitó al Juzgado de Garantías Nº 3 de Pergamino que el único imputado por el doble homicidio de María Elisa Rafaelle y Pablo Martín Caputa, madre e hijo, continuara detenido. El asesinato se produjo entre las 5 y las 6 de la mañana del miércoles, pero los cuerpos fueron encontrados varias horas después.
Todas las sospechas apuntaron directamente a José Rojas, ex marido de la pareja de Caputa, quien luego de cometer el crimen, tomó el celular de la víctima y publicó un mensaje en una cuenta de Facebook trucha, asociada con él, para inculpar a la mujer y que lo consideraran otra "víctima".
"Esta chica llamada X anda diciendo que sale conmigo. Tengan mucho cuidado, muchachos. Es una mala persona, mala madre, le gusta salir con cualquiera. Al marido lo hizo echar de la casa y le niega ver a sus hijos, siendo él un buen padre, trabajador y que nunca les hizo faltar nada. Compartan en todas las redes sociales", escribió. Otro de los indicios que habría dejado, según los propios investigadores, es que tras el hecho salió gritando: "Ahí maté a tu novio y a tu suegra". Un vecino lo escuchó, pero no lo asoció y tampoco lo denunció.
Se ordenó posteriormente un allanamiento en la vivienda de Rojas y encontraron la moto con la que se había movilizado y ropa y zapatillas con sangre. También dispositivos celulares para peritar.
El cuerpo de Caputa estaba tendido sobre el piso del garaje, envuelto en varias frazadas y vestido con ropa de trabajo, mientras que su madre yacía en la cocina y sobre su pecho estaba la cuchilla. Los cadáveres presentaban numerosas heridas de arma blanca, sobre todo en el cuello, según consignó La Opinión. Los peritos constataron que el asesino intentó modificar la escena y limpiar las huellas para procurar su inocencia.