Carlos Escalante, ex obispo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, fue condenado en San Nicolás a 14 años de prisión por abusar sexualmente y en reiteradas oportunidades de Johanna Rabbia (23), hija de su ex pareja. La pena es de cumplimento efectivo.
El sometimiento comenzó en la adolescencia cuando empezaron a convivir. "Siempre tuvo esa conducta conmigo, desde los primeros días. Era como dos personas diferentes, era incomprensible para mí. Cuando estaba mi mamá presente, estaba todo bien. Pero cuando ella no estaba, y sobre todo cuando no estaba ninguno de mis hermanos, era un infierno", relató la joven.
El caso salió a la luz en 2015, y fue la propia Johanna quien radicó la denuncia. Los vejámenes se continuaron por al menos cinco años hasta que decidió contárselo a su mamá. Le escribió una carta porque le resultaba más fácil expresarlo, pero la respuesta tardó en llegar.
"Mi mamá estaba confundida, es muy difícil aceptar algo así", reveló a TN, e incluso la reacción de la iglesia no fue la esperada. Le recomendaron a la mujer seguir bajo el mismo techo porque "las familias estaban selladas". Luego de tomar trascendencia nacional, un consejo de sumos sacerdotes se reunió para decidir la suerte de Escalante. Él admitió su culpa y finalmente lo excomulgaron.
En la causa declararon también sus hermanos y el propio Roberto Burón, superior en la comunidad religiosa.
Cuando a los 19 años Johanna quiso ser voluntaria, la excluyeron. “Me preguntaron si le guardaba rencor a mi abusador, mi respuesta no les gustó y tomaron la determinación de que yo no cumplía con ‘las normas de dignidad’. Pero a él, si consideran que se arrepintió, le pueden devolver sus derechos", sostuvo.
