El pasado 5 de septiembre, Mauro Sosa, el único mayor imputado por el incendio a la Iglesia Catedral en enero fue liberado tras permanecer ocho meses detenido en el Penal Nº 3.
En una medida polémica, el Dr. Anselmo González, juez de Ejecución Nº 1 de San Nicolás, decidió otorgarle el beneficio hasta que se lleve a cabo el juicio oral y público en su contra.
González tomó la determinación en ausencia del Dr. Ricardo Pratti, quien había resuelto hacer lugar al pedido de prisión preventiva efectuado meses atrás por el fiscal que entiende la causa.
En diálogo con diario EL Norte, explicó que fue un fallo fundado en la ley y no en las presiones externas. "Queremos que se esclarezca la verdad y eso va a suceder en el juicio", afirmó.
"Yo no ignoro que este hecho haya sido una tragedia para quienes profesan la fe católica. Sin embargo, los jueces estamos para no ceder ante las presiones y buscar la verdad", precisó.