En miras al 2023 y las vacaciones de verano, San Luis se ha transformado en uno de los destinos más interesantes para conocer. Cuenta con más de 35 mil plazas hoteleras y una variedad de paisajes, atractivos naturales y culturales sin igual. Rutas pintorescas, diques y embalses, ríos y saltos te esperan con una interesante variedad de oferta gastronómica.
A continuación, algunos de los sitios de la provincia que no podés dejar de visitar:
Potrero de los Funes
Uno de los lugares clásicos para conocer en la provincia es Potrero de los Funes, con su característico dique y las serranías de la zona. A unos 15 kilómetros de la ciudad de San Luis se halla este sitio donde la naturaleza busca ser descubierta.
Una manera de iniciar el recorrido es un paseo alrededor del lago, donde se pueden practicar innumerables deportes náuticos. Transitar caminos de altura y pescar son otras de las propuestas del lugar.
Los aventureros pueden explorar caminos perdidos como la Quebrada de los Cóndores o el Valle de Piedra, bellezas naturales que no se pueden dejar de lado.
Potrero de los Funes se destaca por su hospitalidad, tranquilidad, paz y armonía. Además, últimamente se ha convertido en un verdadero polo gastronómico gracias a su variedad de especialidades para todos los gustos.
San Francisco del Monte de Oro
Al norte de la provincia, sobre la falda de las Sierras de San Luis, se encuentra San Francisco del Monte de Oro, capital nacional de la Educación Pública. Este pueblo tiene mucho para ofrecer: valles, ríos, arroyos, quebradas, capillas históricas, casonas, senderos de otro planeta e innumerables saltos de agua.
Un imperdible de San Francisco es la visita a la primera escuela que Domingo Faustino Sarmiento creó, declarada Monumento Histórico Nacional. El prócer, con tan solo 15 años, en 1825 enseñaba en esta escuelita.
El Salto Escondido se encuentra a 12 kilómetros del pueblo. Se llega a Rodeo de las Gallinas y con una caminata de media hora se llega al Río Hondo. De este lugar, y por un sendero tras 3 horas de caminata, se llegará a un salto de agua que tiene 70 metros de altura y una olla de 5 metros de profundidad con aguas de color verde esmeralda.
Valle del Conlara
Siguiendo la traza del Río Conlara al este de las Sierras de San Luis, se descubre un valle de una singular belleza con innumerables opciones para disfrutar.
La primera ciudad que se encuentra es uno de los lugares más conocidos internacionalmente por su microclima de cualidades sedantes, se trata de la Villa de Merlo, al pie de las Sierras de los Comechingones. Con una ubicación estratégica en el circuito sanluiseño, ofrece a los visitantes esparcimiento y recreación en un bellísimo ambiente natural.
Luego encontramos la pequeña localidad de Carpintería sobre el margen occidental de la Sierra de Comechingones. Esta cuenta con atractivos naturales y los más plácidos servicios y comodidades. Es considerada la Capital Provincial del Vuelo Libre.
Esta población cuenta con numerosos campings y balnearios para disfrutar el aire libre. Además, se pueden realizar cabalgatas por los cerros, rappel y senderismo por las Sierras de Comechingones, siempre acompañados por especialistas.
Termas de Balde y San Jerónimo
Otra muy interesante actividad y unas de las preferidas del turismo local y nacional es visitar las termas y las salinas con que cuenta la provincia.
A pocos kilómetros de la ciudad de San Luis se encuentran dos centros termales en plena llanura puntana: Balde y San Jerónimo.
Sus aguas cuentan con saludables propiedades que permiten relajarse con ambientes que irradian la tranquilidad más absoluta. Sus aguas son muy recomendables para combatir el estrés y mejorar la salud.
La localidad termal de Balde, a 33 kilómetros de la capital puntana, posee aguas termales de características alcalinas, cloruradas, bicarbonatadas y sulfatadas, estériles, no contaminadas que emergen de una meseta subterránea, desde una profundidad de 600 metros.
Por su parte, las termas de San Jerónimo le dan notoriedad a esta pequeña localidad. Tienen una temperatura de 39°, surgen desde 451 metros de profundidad, y poseen efectivas acciones terapéuticas, tónicas, reconstituyentes y revitalizantes, que aumentan positivamente el bienestar personal.
Cuenta con un centro termal que posee hostería, cabañas y balnearios, con piletas al aire libre y piletas cubiertas, para que los visitantes disfruten y se relajen en sus aguas revitalizantes.
El circuito se completa con la visita al vasto desierto blanco de las “Salinas del Bebedero”, que presenta todo su esplendor escénico cuando se acumulan grandes extensiones de sal, que desde la Ruta 7 se observa como si fuera un extenso mar.