Malena Herbel la beba puntana de un añito que está a la espera de un corazón en el Hospital Italiano, de Buenos Aires, sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) y ahora está nuevamente conectada a un respirador artificial. Los médicos buscan determinar el grado de la lesión cerebral y está en internada en la sala de cuidados intensivos. Su estado es grave. Su mamá, desde las redes sociales, pidió a la gente que rece por su hija.
Además durante la noche del martes la bebé puntana sufrió un infarto por lo que su madre, Yanina Pastrán, a través de las redes manifestó: "Gracias a todos por las oraciones para Male, lamentablemente sufrió un infarto y su situación es complicada, les pido que sigamos orando".
Agencia de Noticias San Luis publicó el último parte médico firmado por los doctores Jorge Barreta, Carolina Cereigido y Natalia Nápoli, mientras la pequeña "estaba compensada y respirando espontáneamente, presentó súbitamente deterioro del sensorio asociado a paresia braquiocrural", detallaron.
A raíz de esos síntomas, según el comunicado de los especialistas, Malena "ingresó en asistencia respiratoria mecánica y se le realizó una angiotomografía computada de cerebro que evidenció defecto de relleno a nivel de la arteria cerebral media izquierda e hipodensidad difusa con pérdida de diferenciación corticosubcortical a nivel del sector de la arteria cerebral media izquierda, hallazgos compatibles con accidente cerebrovascular isquémico reciente", revelaron.
La beba puntana sufre de síndrome de corazón izquierdo hipoplásico (corazón no desarrollado), una patología que le detectaron cuando todavía no nacía. Ante ese cuadro la niña fue derivada al Hospital Italiano, donde fue operada apenas nació. Malena es toda una luchadora y a pesar de atravesar tres tres cirugías, lamentablemente los médicos detectaron un deterioro progresivo de sus funciones ventriculares y por eso determinaron que era fundamental que recibiera un trasplante de corazón.
El 3 de agosto a Malena le colocaron un corazón artificial con el objetivo de que el aparato, de última generación, cumpla con las funciones de uno natural, y le de tiempo hasta que llegue un órgano de verdad que le permita continuar viviendo.