El viernes por la tarde-noche unos delincuentes le desvalijaron la vivienda en el barrio Cerros Colorados, en Cruz de Piedra de Juana Koslay en San Luis.
Adriana Morillo tras varias horas del robo, la mujer comenzó a recorrer su vivienda y se dio cuenta que los ladrones le dejaron un mensaje, en el pizarrón que su hijita usa para estudiar, que la horrorizó: "Vamo' a volver".
Según publicó El Diario de la República, la División Criminalística de la Policía de San Luis buscó distintas pistas en la vivienda ultrajada, la número 18 de la manzana 41 del mencionado barrio.
El robo sucedió cuando Adriana y su hija salieron de la casa a las 17:30 hacia el centro puntano y cuando regresaron cerca de las 21.
Su hija se quedó en lo de una amiguita y la mujer se encontró con un escenario que demostraba que algo no estaba bien: alguien forzó la puerta principal haciendo palanca con una barreta. Si bien la puerta de calle tiene tres cerraduras, Adriana solo había activado una.
La mujer decidió entrar, pero pensó que era mejor llamar a la Policía. Una vez en su hogar ultrajado, la mujer comprobó que le habían robado "muchas cosas de valor", entre ellas: "Dos televisores, una computadora de escritorio, una cámara de fotos Nikon muy costosa, una guitarra criolla, nueva, con su estuche, un horno a microondas, una juguera, una cafetera y una tostadora. Incluso uno de los televisores que se llevaron es muy grande, en un auto no entra, tienen que haberlo cargado en una camioneta", detalló la víctima.
Además los ladrones se llevaron algunas valijas, piensan que para poner en ellas los elementos y dejaron un bolso lleno con zapatillas, que por alguna razón no alcanzaron a cargar. Piensan que algo los ahuyentó.
Adriana piensa que los ladrones deben haber estado vigilando todos los movimientos de la familia y llegó a la conclusión que los últimos viernes ella y su hija repitieron la rutina de salir por la tarde. Por lo que cree que tal vez los ladrones esperaron ese momento para entrar.
Después del robo, ella se puso a pensar que los delincuentes deben haber estado vigilando sus movimientos y sacó la cuenta que los últimos viernes ella y su hija repitieron la rutina de salir por la tarde. Cree que tal vez los ladrones acecharon esperando el momento que se fueran de la casa porque ya preveían que iban a hacerlo.
A pesar de que la mujer no sabe a qué hora entraron los ladrones, ellos habían sacado un helado del freezer, que no pudieron comerlo, y lo dejaron fuera de la heladera. "Si lo hubieran sacado temprano, para cuando yo volví ya hubiera estado derretido, pero no", reflexionó Adriana. Es por eso que cree que, tal vez, los delincuentes estuvieron en su casa apenas un rato antes de que ella llegara.
Sin embargo dos policías hicieron una ronda por la zona y no advirtieron ninguna actividad de los ladrones.
Ese viernes dio la casualidad que los vecinos de ambas casas contiguas habían salido, y nadie del vecindario, al parecer, vio ni escuchó nada.