El pasado 18 de octubre del 2020, justo para el Día de la Madre, Jesús, un niño con leucemia, falleció luego de luchar durante tres años contra la enfermedad. Cuatro meses después, su padre, Gastón Ruarte, decidió ponerse al hombro la lucha por la aprobación de una ley clave debido a su beneficio para pelear contra el cáncer en los niños.
Tras enterarse que su pequeño hijo de 4 años tenía leucemia, los padres se abocaron de lleno al chiquito. Para acompañar a su hijo, Gastón faltó en algunas ocasiones a su lugar de trabajo y eso le costó que lo echaran. No tuvo otra, es que semanalmente debían viajar desde su vivienda en 9 de Julio hasta el hospital Rawson, en Capital para que reciba los tratamientos. “Eran viajes interminables y costosos para nosotros”, contó Gastón a Diario 13 San Juan.
Luego, con la llegada de la pandemia de coronavirus, la situación se complicó aún más. Necesitaba de un donante de sangre para continuar con el tratamiento pero “no podía ser cualquier persona, no cualquiera era compatible con mi hijo”, recordó Gastón.
El pequeño necesitaba un trasplante y tramitaron todo para realizarlo en Buenos Aires. Con los pasajes ya en su poder, a tres días de viajar, el cuadro de Jesús empeoró y no pudieron realizarlo. Fue muy difícil conseguir un donante porque el cuadro genético del chiquito, compatible con muy pocas personas en el país. El niño pasó unos días en su casa y después fue internado, donde finalmente falleció el pasado 18 de octubre.
A los días del fallecimiento, se creó un grupo de padres con hijos que padecían leucemia. El objetivo es que San Juan tenga su Ley Oncopediátrica, la que beneficiaría no solo en el tratamiento de los niños, sino que tranquilizaría a los padres al momento del cuidado de sus hijos porque le ofrecería herramientas de contención. Gastón señaló algunos puntos claves que la ley traería a la vida de estos padres e hijos. Por ejemplo, licencias laborales con goce de sueldo y una oficina de banco de droga del Hospital Rawson.
El papá de Jesús afirmó que el sistema de salud de San Juan los perjudicó en algunas ocasiones por falta de beneficios para este tipo de pacientes. “Tienen que garantizar el traslado seguro. A veces, tenía que devolver a 9 de Julio tan solo por un papel o una firma. A quienes vivimos en departamentos alejados se nos dificulta económicamente”, señaló Gastón. La lucha por Jesús es ahora por el resto de los niños y padres que están atravesando una situación similar. Transformar el dolor. De eso se trata.