El pasado domingo se cumplieron 9 años de la Ley de Identidad de Género y el diario Tiempo de San Juan le realizó una entrevista a Christian Valentin, un chico trans sanjuanino que se animó a contar su historia. Él tiene 18 años de vida y hace dos que decidió cambiar su identidad sexual.
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Según contó Christian, él ya sabía que a pesar de tener el aspecto físico de una mujer, por dentro su sensación era distinta. De niño siempre quiso jugar con otros varones, ya que se sentía uno más. A los 12 años comenzó su conflicto interno que culminó tres años más tarde, cuando aceptó lo que era. “En ese momento dije ‘soy trans’”, afirmó, y luego agregó: “Tenía miedo por la desinformación que hay sobre el tema. Qué podrían decir de mí, si el tratamiento con hormonas me podía hacer mal. Muchas inquietudes que se fueron respondiendo”.
A sus 16 años obtuvo su DNI y fue concebido por la ley como un varón. Además, se sometió a la mastectomía, es decir, se operó y se quitó las glándulas mamarias. Si bien el camino parece fácil, a Christian le resultó más que complicado. Tuvo que cambiarse de escuela, ya que en el colegio religioso al que asistía lo hacían sentir diferente, lo discriminaban todo el tiempo y no respetaban su necesidad de ser tratado como un varón. “Tenía problemas con el uniforme porque no usaba pollera y me obligaba a estar con chicas cuando no quería. Fue duro”, relató.
Luego, se cambió de escuela y su vida cambió, ya que dejó de ser juzgado. “Fui a la Normal, a una escuela pública. Ahí me fue re bien. Sin tener todavía el DNI ya me llamaban como Christian. Nunca me hicieron un problema, ni me sentí discriminado”, sostuvo. En relación al vínculo con su madre, Christian apuntó: “Ella siempre me apoyó. Quizás tuvo una semana de crisis, de no saber qué hacer, hasta que afrontó las cosas conmigo”.
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Su primer paso fue cambiarse el DNI y luego se realizó la intervención quirúrgica: “Tuve que esperar casi un año entero para operarme porque necesitaba la autorización de un juez y eso llevó su tiempo. Pero, al final me operé con Natalia Quiroga, que es cirujana, y todo quedó muy bien. Casi ni se nota la cicatriz”, detalló.
Finalmente, contó que hoy se tiene más confianza y que vive una vida sin pudores: “Antes era muy tímido, me ponía incómodo el trato con los demás. Aunque no me obligaron a vestirme con ropa femenina en mi casa, me ponía mal que afuera me trataran como mujer. Hoy es diferente”, culminó.