El 28 de septiembre de 2014, un auto en el que viajaban en total 5 personas se estrelló contra un pilar en avenida España, pasando Comandante Cabot. En ese accidente, perdió la vida Walter David Zapata Gremoliche luego de salir despedido por la luneta trasera después de que el Peugeot 206 volcara. El joven, que en ese entonces tenía 25 años, sufrió múltiples heridas letales. Hace 10 días, sus padres fueron notificados de que la causa prescribió.
Viviana Gremoliche, la madre de Walter, habló con Diario La Provincia SJ y recordó aquél trágico momento y todo lo que devino posteriormente. “Mi hijo había ido a bailar y en vez de regresar en moto con un amigo, lo hizo a bordo de un auto por invitación de otro amigo. Hacía mucho frío esa noche. Le dijo que en la moto iba a pasar más frío y que mejor lo llevaba él. Nadie los chocó, sino que el auto transitaba a alta velocidad y perdió el control. A Walter lo sepultamos el 29 de septiembre y el 31 de ese mes, tuvimos que ir a la comisaría 24º citados por el comisario. Es que habían quedado unas zapatillas de mi hijo dentro del auto. Además, el comisario nos dijo si queríamos ver el vehículo y nos enseñó las imágenes de las cámaras, que habían sido cedidas por una estación de servicio. No era un auto el que pasó, era un avión”, contó Viviana.
“Tenían alcohol y de los 5 que viajaban, el único que murió fue mi hijo que salió despedido. Sufrió múltiples heridas y quebraduras; no resistió. Tuvo daños en riñones, pulmones y sufrió la fractura de sus piernas. El hijo que despedí a las 12 de la noche no fue el que encontré al hospital. Gracias al juez De La Torre y Agudo, el que iba manejando sigue en libertad. La causa nunca avanzó y caducó; nunca lo procesaron. Hace 10 días atrás nos notificaron. El fiscal pidió 8 años de cárcel y el juez, no lo consideró”, agregó la mamá de Walter.
Viviana no encuentra consuelo. Lógicamente, perder a un hijo es una de las situaciones más dolorosas de la vida. “Lo que más me dolió a mí es que a mi hijo me lo entregaron fallecido a las 12 de la noche del domingo, y en las redes sociales había imágenes; filmaciones que lo mostraban agonizando en el lugar del accidente. Me lo filmaron en el hospital también. Todo eso estaba subido a las redes y ni el juez ni nadie se fijó en eso. Uno de mis hijos tiene ese material que mi esposo no quiso que viera”, sostuvo.
Sobre el joven que manejaba el auto, Viviana explicó: “Nunca nos pidió disculpas ni cuando nos encontramos en Tribunales. La Dra. Pandiella, que era nuestra abogada, me pidió que me tranquilizara. En un costado tenía a la madre, a la tía y a la abuela, a puras sonrisas. Pasaron 6 años en los que por lo menos nos tendría que haber dicho: “perdónenme por lo que hice”. Es más, no sabemos qué dijo a la justicia sobre lo que pasó. Siento que la justicia está a favor de todos los que manejan mal y no con los familiares de las víctimas. Nos destrozan el corazón; la mitad de mi corazón no la tengo. Los jueces no se pueden imaginar el dolor con el que vivimos todos los días. Hace 6 años que nos sentamos a la mesa y hay un lugar vacío. Por más que pasen los años, días y horas, el dolor no se va”.
“No se me va de la mente cómo lo encontré a Walter en el hospital. Mi esposo y mi hijo entraron en shock en el hospital y los sacaron. A los minutos, sale una enfermera y me llama para que entrara a Urgencias, en ese momento, en el viejo sector del Hospital Rawson. Lo vi a mi hijo que dio el último suspiro. Lo vi nacer y lo vi irse. Eso la justicia no lo toma en cuenta. Quizás, a ninguno de los jueces le pasó con un ser querido”, contó.
Para su familia y sus amigos, Walter era una persona especial. Le gustaba bailar y jugar a la pelota. “Todos los vecinos siempre se acuerdan tan bien de él. Cuando lo despedimos, nuestra calle estaba llena de gente y en el sepelio, lo acompañó un numeroso cortejo. Otro grupo importante de amigos, lo esperaban en el cementerio. Vinieron de Alto de Sierra, de San Martín y Angaco; todos amigos de él. Eso me llenó el alma porque mi hijo fue una buena persona”, reconoció Viviana.
“Él me vive acompañando; siento que está conmigo. Me voy hacia sus fotos y le digo: “hijo, estoy bien, estoy tranquila. Descanse en paz”. Lo soñé a los días que falleció y tres veces más. He sentido sus manos entre las mías diciéndome que estaba bien y me sonreía; a los días que se fue y me acosté a descansar en su cama. Él me sostiene. Me da fuerzas para seguir adelante y levantarme todos los días. Sólo Dios sabe por qué lo eligió. Me lo prestó por 25 años, nada más”, agregó.
La familia de Walter integra la agrupación “Familias del dolor y la esperanza” y colocarán un cartel de concientización en el lugar donde ocurrió el siniestro vial que se cobró la vida del joven. “Estoy emocionada porque le rendimos un homenaje, más allá del dolor que cada uno siente. Así lo siento. Los que lo conocieron podrán dejarle una flor y recordarlo. Tenemos que unirnos todos los familiares para que estas leyes cambien para que ninguna otra familia pase por lo que nosotros hemos pasado. Nunca pensé que mi hijo iba a estar en los avisos fúnebres del diario. Ahora sigo luchando por la juventud que queda para que sus familias no tengan este dolor tan grande”, concluyó Viviana.