El soldado salió de su casa en Chimbas, se despidió de su pareja y se fue con su bicicleta para cumplir con su guardia en el RIM 22 de San Juan. Pasaron dos días y nadie tenía noticias de él, ya que en su lugar de trabajo nunca había llegado. Luego de una intensa búsqueda, lo hallaron con las manos en la masa: en descanso en la casa de la amante en la localidad de Rivadavia.
La última vez que la pareja vio al soldado
El joven de 22 años convive (posiblemente el tiempo verbal ya haya cambiado por el desenlace de esta historia) con su pareja desde hace un largo tiempo, en el lote Hogar 53 de Chimbas, según indicaron a la policía que llevo el caso.
El soldado salió de su casa el martes, para tomar la guardia en el RIM 22 (Regimiento de Infantería de Montaña), despidiéndose de su familia cerca de las 14. Vestía un pantalón corto y remera gris con el logo del ente militarizado ubicado en Marquesaro y llevaba una mochila con mudas de ropa.
Montó su bicicleta y emprendió el rumbo hacia sus “obligaciones laborales”.
“Buscando al soldado…”
La familia no recibió noticias de él tras dos días de aquella despedida. Y en el RIM desde antes, porque nunca había llegado al regimiento. Por lo que se encendió la alarma, temiendo por la vida del soldado.
Tras radicar la denuncia, se dio aviso el jueves a la Policía de distintas dependencias y comenzó a trabajar la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Especiales.
Era un misterio el paradero del soldado. Sólo la familia lo había visto por última vez.
Comenzando la investigar por los lugares habituales y sus amigos, la policía halló un indicio. Uno de sus íntimos mencionó un posible sitio en donde podía estar. Por lo que ese mismo jueves en la tarde, los efectivos se dirigieron hacia La Bebida.
El hallazgo del soldado sano y salvo
Los policías que llevaban el caso, ante la gran preocupación de la familia del soldado, pudieron dirigirse a un posible lugar tras el dato indicado por un amigo.
Arribaron a la dirección señalada (no revelada) y allí estaba el soldado vivo, sano, tranquilo pero sin sospechar de todo el revuelo que había causado. Nada le había pasado más que un idilio amoroso con otra mujer.
Junto a su amante, en el domicilio de Rivadavia, el militar estaba de descanso según le confió a la policía, por lo que no fue más que una artimaña del muchacho para poder llevar a cabo su engaño.
La investigación quedó finalmente resuelta y concluida, aunque posiblemente el joven haya –después de eso- iniciado una guerra.
