Un sanjuanino de 36 años que estaba bebiendo y pelando en la calle recibió una llamativa condena de parte de una jueza de Paz: hacer una cuna. El hombre quedó demorado por la contravención y la magistrada, en lugar de mandarlo con días de arresto, le pidió que hiciera algo por la comunidad. Así es que, el hombre, fue condenado a fabricar una cuna para un bebé de la zona que padecía una enfermedad terminal y cuya familia no podía costear los gastos para mantenerlo.
El episodio ocurrió en Angaco, una localidad rural de la provincia de San Juan. La jueza de Paz que dio esta condena ejemplificadora se llama Mabel López. Según publicó Diario Huarpe, ésta no es la primera vez que la magistrada manda a los contraventores a realizar tareas comunitarias y ella misma sostiene que con este mecanismo no vuelven a reincidir. "Lo positivo es que en todos los casos que aplicamos ese sistema, ninguna de las personas volvió a reincidir", dijo la jueza al diario local.
Los contraventores son personas que realizan disturbios en la vía pública, peleas callejeras o beben en la calle y la jueza López se dio cuenta que los días de prisión no hacían que no volvieran a cometer la misma falta. La ley, en San Juan, contempla que, además de los días de arresto, se le puede ordenar al contraventor alguna tarea reparadora para la sociedad y ella empezó a aplicarlo. En Angaco ya hay antecedentes de López con este tipo de tareas y ya mandó a algunos a limpiar malezas en los alrededores de una salita de Salud Pública o a hacer tareas de mantenimiento en la escuela agropecuaria del departamento.
El bebé que recibió la cuna, asegura el mismo diario, murió luego de unos meses y la jueza ordenó que el mueble fuera a parar con otra familia carenciada de
Angaco
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