Una pesadilla o una escena de una película de terror fue lo que le tocó vivir a Elida Juana Castro, una abuela sanjuanina de 93 años que tiene serios problemas de salud, en su propia casa. Es que ingresaron delincuentes, quienes no se conformaron con robarle sino que también la hicieron vivir un calvario.
Era cerca de las 10 del 24 de julio, cuando un joven que vestía ropa deportiva se paró en la puerta de su casa, ubicada sobre calle Mendoza, en Trinidad, Capital, y le pidió si por favor le podía devolver una pelota que se les había caído en el fondo de su casa. Sin imaginar el plan macabro que éste tenía pensado, la mujer, que perdió la visión de un ojo y que además tiene cáncer, salió en busca de la pelota y ahí la atacaron.
Otros delincuentes, que la estaban esperando en su fondo, la atacaron, la redujeron, le taparon la boca para que no grite y la metieron a la vivienda. Una vez adentro, la encerraron en el baño y ahí la dejaron por tres horas. Los ladrones, que eran tres, se tomaron todo el tiempo del mundo para revisar cada uno de los rincones de la casa y dar vuelta todos los roperos.
Cuando la anciana estuvo segura de que los delincuentes ya habían dejado su casa, se las ingenió para, con un alambre, abrir la puerta del baño y llamar a la Policía. Mientras esperaba que los uniformados lleguen a su casa revisaba la vivienda familiar, que era un desastre.
La mujer, acompañada de familiares, realizó la denuncia en la Comisaría 3º. Si bien en su declaración no lo mencionó, fuentes policiales indicaron que los delincuentes se alzaron con $50.000, dólares y joyas de oro. Investigadores de la Seccional 3ra y de distintas brigadas de investigación se interiorizaron de los detalles aportados por la víctima para empezar a orientar la pesquisa.