Yamila Pérez era trabajadora sexual, en mayo había tenido un bebé y era del barrio Cabot. Ella es la víctima de uno de los crímenes más horrorosos de la historia sanjuanina. Yamila fue apuñalada ocho veces, le sacaron los brazos (que aún no encuentran) y le arrancaron el cuero cabelludo y parte de su rostro. La intención era clara: que no la identificaran. La violencia del homicidio lleva a los investigadores a pensar que la habrían matado por drogas o por trata de personas. Casi está descartado un homicidio por violencia de género.
El cuerpo de la víctima está en la Morgue Judicial y los uniformados ya le avisaron a la familia, que deberá identificar sus restos. Se pudo saber la identidad de Yamila gracias a la autopsia, que reveló varios datos. La joven daba el pecho, su útero mostraba signos de que había sido madre recientemente.Si bien la cabeza no tenía rostro, su cuerpo tiene un tatuaje fácilmente identificable.
Se sabe que el o los asesinos la apuñalaron, la dejaron desangrase y luego le pusieron otra ropa. Dejaron su cuerpo desmembrado en un callejón de El Mogote. Una mujer fue la primera que lo vio. Tuvo miedo de denunciar, pero sus hijos la animaron a hacerlo. Así fue como la Policía llegó al cuerpo de Yamila.
La Justicia confía que la investigación está encaminada según publicó San Juan 8. La víctima habría tenido vínculos con personas del ambiente delictivo. Por estos días, se llamarán testigos a declarar para conocer más sobre el ámbito en el que se movía Yamila, quién terminó muerta de la peor manera posible.