Fue un milagro. Una bebé de un año se cayó adentro de un balde de 20 litros, que tenía agua, lavandina y un desinfectante. La niña se ahogó, no reaccionaba y sus padres desesperados, llamaron a la policía y a la ambulancia. Como no llegaban los médicos, los uniformados no dudaron y le hicieron reanimación cardiopulmonar mientras la llevaban al centro de salud más cercano. Gracias a esa rápida reacción, la pequeña está viva, según dijeron los médicos.
El dramático episodio ocurrió en el interior del barrio Valle Grande, de Rawson. La reanimación de los policías logró que Britani Pérez Ortiz pudiera seguir viva. La madre de la pequeña, Nilda Ester Ortiz, fue quien estaba en el momento que se produjo el accidente doméstico que casi termina con la vida de la niña. La intervención vecinal también fue muy importante porque ellos fueron quienes llevaron calma en todo momento.
Los héroes de toda esta historia fueron Paulo Tapia, de la comisaría 24º y Carlos Acosta, de la seccional 25º. Ellos fueron quienes iniciaron los ejercicios de reanimación. Cuando ellos llegaron al lugar del hecho, Britani no respiraba, no reaccionaba a los estímulos. La beba fue atendida luego en el Centro de Adiestramiento René Favaloro, donde certificaron que no le habían quedado secuelas a la peque.