La vivienda del juez de flagrancia, Ricardo Moine, estaba toda revuelta, según pudo advertir la Policía. Malvivientes aprovecharon la ausencia del magistrado e ingresaron a robarle en su casa de Rivadavia. Pero lo llamativo del caso es que los ladrones no se llevaron nada de valor, excepto la llave del juzgado que preside y el sello con el que acompaña todas las firmas de sus sentencias.

En la casa estaba todo revuelto. Arriba de un sillón, los delincuentes dejaron un cuchillo y otros elementos cortopunzantes. También hubo destrozos: le rompieron la pantalla de un televisor de una piña y se llevaron objetos vinculados específicamente con su actividad laboral.

Como todo profesional al que le roban el sello, realizó la denuncia correspondiente a la Policía. La División Robos y Hurtos de la Central de Policía está detrás de la investigación de este robo, que dejó helado al funcionario judicial. De acuerdo a lo publicado por San Juan 8, desde la Central opinan que no se trata de un robo común sino que el delito tiene características personales.
El primer paso que tomaron los investigadores fue tomar las huellas que dejaron los ladrones. Ahora Criminalística las analiza para encontrar rastros de ADN.