Este martes toda la provincia de San Juan se vio conmocionada ante el llando de Fiorela Eiras, desde la sala de espera del Hospital Guillermo Rawson, donde quedó con custodia policial tras un parto domiciliario. La chica pasó 12 horas sentada en una silla de la sala de espera del nosocomio porque desde el lugar sospechaban que fuera la madre de la bebé que llevaba en brazos. Ahora, según informó Diario de Cuyo, la joven evalúa demandar al centro de salud por el momento que tuvo que pasar.
La familia de la chica asegura que la demanda será por "abandono de persona" porque insisten en que, durante las horas que duró la pesadilla, no se le brindó a la joven la asistencia médica necesaria y tampoco a su bebé.
"Mi nuera quedó sentada en la sala de espera toda la noche, con muchísimo frío. No le pasaron un vaso de agua, ni comida, nada", relató a radio Sarmiento, la abuela de la criatura. Así las cosas, ahora evalúan una demanda por el trauma que pasó la chica.
Todo comenzó el lunes, cuando Fiorela decidió tener a su hija en su vivienda de Chimbas, una localidad al norte de la provincia. La joven mamá dijo haberse asesorado para poder luego anotar a la recién nacida y que le manifestaron que necesitaba dos testigos, un certificado de la partera que la asistió y presentarse en el hospital para un examen médico que constatara que ella era parturienta y que la bebé tenía menos de 24 horas. Fiorela asegura que siguió todos los pasos pero que en el nosocomio la dejaron detenida igual.
La Justicia espera, ahora, un resultado de ADN para constatar que la bebé con la que llegó Fiorela es, efectivamente su hija. Sin embargo, en la jornada de este miércoles Fiorela sería dada de alta y el papá del bebé ya fue liberado de la comisaría donde estaba demorado.