El edificio donde ahora funciona el Hogar de Ancianos Eva Perón, en San Juan, fue inaugurado por Perón en el año 1954. Abajo del asilo hay viejos túneles subterráneos que conectan el edificio con la Escuela de Policía. Sin embargo, al día de hoy, nadie sabe para qué fueron creados y sobre ellos circulan cientos de historias que van desde duendes hasta un abuelo que vivió ahí durante días.
El diario Tiempo de San Juan recorrió los túneles del asilo sanjuanino y trató de reconstruir alguna de las historias que rodean a esas misteriosas catacumbas.
"No hay informes previos que hablen de la historia del lugar, nosotros estamos hace un tiempo tratando de reconstruir los antecedentes pero es difícil porque hay muy poco", dijo Sonia Recabarren, directora del Hogar, al diario local. El edficio nació como la vieja Escuela Hogar José Manuel Estrada, en el año 1954 era una institución para niños carenciados. Más tarde se transformó en el Hospital San Roque hasta el año 1971 cuando se convirtió en la Dirección de Protección al Menor. Recién en 1974 pasó a ser el Hogar de Ancianos que todos los sanjuaninos conocen.
En esos túneles solían funcionar las calderas de la Escuela Hogar pero realmente es un misterio el fin para el que fueron construídas, publicó el diario local. Los túneles tienen respiraderos por donde la basura y los gatos han entrado y son el paisaje del lugar. "La extensión debe ser de 3 cuadras aproximadamente y siempre que estas acá tenés una sensación rara porque la gente camina encima tuyo; eso y las historias que se cuentan", contó Víctor Gordillo, un empleado que trabaja en el Hogar de Ancianos hace 17 años y ha recorrido las catacumbas.
En el año 2018 un anciano del asilo, desapareció sin dejar rastro. Las autoridades lo buscaron por varios días hasta que finalmente lo encontraron. Se había escondido en los túneles porque no quería estar en el hogar y, de hecho, ya se había escapado otras veces.
"Lo buscábamos por todos lados, me acuerdo que era un hombre que se quería ir a toda costa, era muy inteligente hablaba varios idiomas, y lo había puesto en el sector de psiquiatría para que no se escapara, pero se escapó igual. Por donde no sabemos, lo buscábamos pero no lo encontrábamos, después la gente que estaba arriba empezó a asustarse porque decía que sentía ruidos y ahí nos enteramos de que se había metido al parecer por uno de los respiraderos", relató Gordillo.
Otra de las historias sobre los túneles es la de la enfermera. Según relatan, se trata de una enfermera que aparece en el lugar y cuando uno la busca ya no está. También hay abuelos del asilo que dicen haber visto un duende. Los empleados, ante la duda, tienen varios rosarios colgados en la zona y que utilizan como amuleto de protección.