El edificio del Jockey Club San Francisco, fue inaugurado en 1932, durante muchos años fue el epicentro de importantes celebraciones donde la música, mujeres con vestidos largos, caballeros de etiqueta acompañado por sus niños y gente bailando, era la escena de un lugar de elite de la época, los caballeros tomaban protagonismo en sus charlas de negocios mezclado con el deporte.
Sin dudas en esos momentos predominaban en el lujoso y distinguido salón las fiestas de quince, casamientos, presentaciones en sociedad de las nuevas señoritas, bodas de oro, entre tantos eventos, que se hasta el día de hoy se accede por una imponente escalinata, siendo hoy una joya de la arquitectura de la ciudad.
En la actualidad, más que nunca el lugar funciona para todo el público cumpliendo esa función social a la cual fue destinada en sus inicios, cualquier persona que desee pasar un muy buen momento, puede acceder a pasar y disfrutar la de las instalaciones del Jockey Club San Francisco en cualquier momento del día para desayunar, merendar cenar y compartir momentos de encuentros.
La gastronomía que hoy presenta el chef de la Toscana Julián Sirito, su concesionario, no deja de sorprender y se adapta no solo al nivel del lugar si no al bolsillo de los asistentes al lugar, quienes pueden compartir una muy buena cafetería de calidad, brancheria y el clásico restaurante donde la acotada y selecta carta de menú, deleita a cada uno de los asistentes en el tipo de reunión que elijan tener.
Julián cuenta que la idea es que la gente vuelva a interesarse en este espacio clásico de la ciudad, donde funciona para todo el que quiera ir, no solo para socios. La gastronomía en si cuenta con los desayunos clásicos acompañados de panes integral y de campo, tortas caceras, budines, en cuanto a los delicatesen y las brusquetas están siempre listas para cualquier momento del día.
Pensando en un final del día, la brancheria con una picada acompañada de una cerveza tirada, logra relucir y destacarse para ir pensando en también en sándwich calientes con tragos para aplacar el calor del verano. En las noches de miércoles a domingo funciona el restaurant propiamente dicho, donde el salón se viste para transformarse en un lugar de encuentro a la altura de lo que el lugar demanda.
El Jockey Club con el correr de los años sigue vigente e invita a vivir la experiencia de sentarte y disfrutar momentos con las personas más queridas, reuniones de negocios o simplemente experimentar un momento único en un lugar que te lleva en el tiempo, donde casi 90 años de historia te rodean. Si no lo conoces, visítalo, es para vos.
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