La organización Avaaz financió una encuesta donde participaron aproximadamente 10.000 jóvenes y se realizó en Australia, Brasil, Finlandia, Francia, India, Nigeria, Filipinas, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos.
Desde sus redes sociales lanzaron un hashtag con el nombre #WeFeelThisToo que en español significa ”Nosotros también nos sentimos así”. Este el mayor estudio científico realizado hasta ahora sobre la ansiedad climática y los jóvenes.
El resultado es preocupante. Seis de cada 10 jóvenes, de entre 16 y 25 años, están muy o extremadamente preocupados por el cambio climático.
Un número similar afirmó que los gobiernos no los protegen ni a ellos, ni al planeta, ni a las generaciones futuras, y que se sentían “traicionados” por ellos.
Además, un 75% de los consultados estuvo de acuerdo con la afirmación “el futuro es aterrador”, y más de la mitad consideraron que tendrían menos oportunidades que sus padres.
La angustia por el futuro se llama ecoansiedad
La mitad de los jóvenes consultados declaró que se sentía “angustiado” o “ansioso” por la situación climática de tal manera que afectaba a su vida cotidiana y sus actividades.
Mitzi Tan, de 23 años, de Filipinas, comentó: “Crecí con miedo de ahogarme en mi propia habitación. La sociedad me dice que esta ansiedad es un miedo irracional que se debe superar, un miedo que la meditación y los mecanismos de afrontamiento saludables ‘arreglarán’”.
Pero ella sabe que no, que está desprotegida frente a una crisis climática generada por este modo de producción que muestra eventos climáticos cada vez más frecuentes, más extremos y de mayor duración.
Hablamos de inundaciones, pero también sequías, incendios, olas de calor y de frio, dependiendo de la zona del mundo en la que nos encontremos.
“Conozco a muchas chicas jóvenes que me preguntan si todavía está bien tener hijos. Es una pregunta sencilla, pero que revela mucho sobre la realidad climática en la que vivimos. Los jóvenes nos dimos cuenta de que limitarnos a preocuparnos por la crisis climática no la detendrá. Por eso transformamos nuestra ansiedad individual en acción colectiva. Y ahora, estamos luchando en todas partes: en las calles, en los tribunales, dentro y fuera de las instituciones de todo el mundo. Sin embargo, los gobiernos nos siguen fallando, ya que las emisiones están aumentando a niveles récord. La respuesta adecuada a este estudio sería que los gobiernos comenzaran a actuar de la forma que prometieron”, explica Luisa Neubauer, una activista climática de 25 años que fue fundadora del movimiento de “paros escolares” en Alemania para visibilizar la crisis climática.
Qué es la ecoansiedad
Caroline Hickman, es investigadora de la Universidad de Bath y fue una de las principales autoras de este estudio.
En una entrevista que realizó con la BBC, la especialista explicó que es esta nueva patología.
“La ansiedad ecológica no es sólo por la destrucción del ambiente, sino que está indisolublemente ligada a la inacción de los gobiernos ante el cambio climático. Los jóvenes se sienten abandonados y traicionados por los gobiernos”, afirmó.
La consigna que levantan miles de activistas ambientales en el mundo, “No hay planeta B”, expresa un poco este sentimiento. Hay conciencia sobre los límites de la Tierra, de los ecosistemas y lo que se está generando al sobrepasarlos.
Si el planeta es uno y se destruye, el futuro aparece oscuro y da paso a la ansiedad.
Qué medidas tomar para contrarrestar la ecoansiedad
Cómo bien afirman los jóvenes entrevistados, los Gobiernos de todo el mundo tienen que hacerse cargo para reducir las emisiones de carbono que generan esta crisis. También cuestionan la forma de producción y plantean reorganizarla en base a las necesidades sociales y del planeta.
En las escuelas, hospitales y facultades son cada vez más los espacios que se generan para poder contener esta ansiedad. Psicólogos de todo el mundo se están formando en esta nueva problemática para poder ayudar a transcurrir de la mejor forma posible esta angustia.