Días atrás, se recordó en la Provincia al Padre Sigfrido Maximiliano Moroder, mejor conocido como Chifri, porque el 28 de mayo habría sido su cumpleaños número 56. Este personaje histórico de la historia de Salta entregó su vida a las comunidades de los cerros de la Quebrada del Toro, en Rosario de Lerma.
El creador de la Fundación Alfarcito, cambió la vida de muchísimas personas que se encuentran alejadas de los centros urbanos y son usualmente abandonados por la sociedad. Entre ellas, se encuentra Inés Burgos, una madre que se dedica especialmente a criar a sus hijos y nietos. Como informa Carlos Figueroa, el vocero de la Fundación, Inés es oriunda de Las Mesadas, pero se trasladó a Huaco Chico de joven, un paraje que se encuentra a pocos kilómetros de El Alfarcito. Para llegar a su casa, se debe ir por un camino de ripio, bordeando un arroyo que tiene poca agua durante el invierno, y crece en la temporada estival.
Su casa es de adobe y piedras, con una cocina a leña con chimenea donde Inés cocina. Al llegar los voluntarios, se alegró por recordar al padre Chifri, quien les dio mucho valor, visitaba a las familias en sus hogares y celebraba misas con los títeres en la capilla.
Inés convive con cuatro nietos que estudian en la escuela de Alfarcito, quienes deben recorrer cuatro kilómetros para ir a estudiar. Aunque en otra época era artesana y concurría a las reuniones en Alfarcito, sus múltiples responsabilidades y responsables no le permitieron continuar, pero espera algún día regresar al Centro de Artesanos. Los voluntarios le entregaron mantas y ropa de abrigo, y ella les agradeció con manzanas que sacó de árboles que ella misma plantó detrás de su casa.