En el municipio salteño de Rosario de la Frontera decidieron destruir los caños de escapes ruidosos de las motos que son secuestradas por la Dirección de Tránsito municipal. La medida se suma a otras aplicadas tiempo atrás como el secuestro de la rueda delantera a los vehículos de quienes violaban el aislamiento.
“Nosotros ya venimos desde hace un tiempo haciendo esto, solamente que no era público por el mero rechazo de la gente. Hay veces en que no se puede conformar a todos”, señaló el director de la repartición, Carlos Salinas Ponce al diario El Tribuno. Esta acción se dio a conocer recientemente en las redes sociales. Allí, prácticamente el 70% de los comentarios son a favor de la iniciativa, ya que la mayoría de los vecinos está cansado de ese tipo de ruidos.
El objetivo de la campaña es prevenir accidentes viales y concientizar a la comunidad sobre la fatalidad. “Más allá de que la gente aplauda esto, lo único que queremos lograr y que necesitamos es que no se mueran más chicos. No hacemos persecuciones porque las mismas pueden ser peligrosas, a veces más que cuando hacen las picadas. Esto es una actividad que nos beneficia a todos, pero si la gente no colabora es difícil”, remarcó Salinas Ponce.