Al hablar de las Islas Malvinas, es inevitable para los salteños y especialmente para los cerrillanos recordar a Patricio Guanca, el primer soldado de esta provincia que murió en combate.
El héroe de la gesta nació en la finca San Miguel de Cerrillos, el 28 de junio de 1957. El 23 de enero de 1974, con tan solo 17 años, se incorporó a la Escuela de Mecánica de la Armada. Se graduó el 1 de enero de 1975 y fue promovido a cabo segundo de Mar el 31 de diciembre de 1979. Luego continuó su carrera en la Escuela de Aviación Naval y Hospital Naval (1980).
Un año después fue seleccionado para desempeñarse como tripulante a bordo de la Fragata Libertad, para efectuar el viaje de instrucción al extranjero naval militar y zarpó el 24 de abril de 1981.
En la oportunidad visitó Brasil, República Dominicana, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania, Francia, Portugal, España, Túnez y Uruguay. De regreso fue destinado a la corbeta Ara Guerrico. Sus amigos aún recuerdan que sus últimas vacaciones las pasó en Cerrillos junto a su familia disfrutando por aquellos tiempos los famosos carnavales del pueblo.
El 2 abril de 1982 la Argentina inició la recuperación de las Islas Malvinas, pero fue justamente al día siguiente cuando Guanca cayó abatido por el fuego enemigo. Fue el primer salteño que murió en esa guerra.
Su grupo tenía la misión de ocupar Grytviken y mantener Puerto Leith a fin de asegurar el dominio de las islas Georgias. El cabo primero de Mar murió al pie de su arma, cuando la corbeta fue atacada el 3 de abril.
Tras la lamentable noticia y los trámites de rigor, sus restos llegaron a Salta y fueron trasladados luego a Cerrillos, donde su pueblo lo recibió como a un verdadero héroe. Cientos de personas asistieron a su funeral y decenas de medios de comunicación de todo el país realizaron la cobertura.
A 37 años de su desaparición física, Patricio Guanca perdura en la memoria de los salteños y es motivo de orgullo para su pueblo, pero particularmente de su familia, que aún guarda sus pertenencias como el bien más preciado, pero sobre todo con el honor de saber que dio su vida por la patria.