El domingo pasado, las comunidades de los Decanatos Centro "Virgen del Milagro" y Norte "Señor del Milagro" emitieron un comunicado pidiendo que las misas con participación de fieles sean declaradas esenciales, y se celebren al aire libre.
Como informa Nova Salta, las comunidades señalan que la celebración del culto es una necesidad esencial, aunque por el momento el Arzobispado no emitió comunicado al respecto.
"No es cuestión de culpar a la gente, que debiera cuidarse más, es cierto, pero a casi siete meses de esta serie de medidas, muchas arbitrarias, el cansancio vence a todos".
El mismo día, monseñor Dante Bernacki compartió en sus redes su propia reflexión sobre la situación de la iglesia en pandemia: "Un domingo más con los templos cerrados. Con una fase uno que no fue, pues el movimiento en las calles fue incesante. No es cuestión de culpar a la gente, que debiera cuidarse más, es cierto, pero a casi siete meses de esta serie de medidas, muchas arbitrarias, el cansancio vence a todos".
Bernacki continuó su publicación expresando que no alcanza con cuidarse, sino que también hay que vivir. "Debemos aprender a convivir con esta situación, cuidándonos, pero a la vez, previendo soluciones para sostener a una población cansada, lindando con un agotamiento que en muchos casos tiene que ver con patologías no sólo físicas, sino también psicológicas y psiquiátricas. Muchos descuidan sus males crónicos por temor a un contagio."
Especialmente, enfatizó que hay que replantear en los protocolos cómo se ve el ámbito religioso,siendo que otras actividades son declaradas esenciales, pero "la religión, cualquiera sea el Credo que se profese, también es lugar de contención, de consuelo, de esperanza, de una acción humanitaria constante".
El comunicado de los Decanatos también se refiere a esto, sosteniendo que el cuidado de la emergencia demanda no sólo el cuidado de la salud corporal, sino de las relaciones humanas, la vida psíquica y la espiritual. Ambos Decanatos y Bernacki se preocupan especialmente por aquellos que no pudieron acompañar en la agonía a sus seres queridos, ni llorarlos en velorios, que no pudieron celebrar la Eucaristía con sus familiares por tener los templos cerrados.
Bernacki finalizó remarcando que "Vale la pena tener en cuenta todo esto, para comenzar a pensar que lo esencial está en la vida que continúa, a pesar de la crisis sanitaria que nos aqueja. El amor vence la pandemia".