La Justicia salteña investigará las circunstancias en que se dieron las muertes por coronavirus del periodista Eduardo Chañe, el estudiante Gabriel Alejandro Paz, el policía Luis Mendoza y el trabajador de turismo, Juan Alberto Agüero. El fiscal Ramiro Ramos Ossorio buscará determinar cómo actuó el sistema sanitario frente a los cuatro casos.
La investigación comenzó tras las denuncias por falta de atención que los familiares de los pacientes realizaron en las redes sociales y en entrevistas con medios de comunicación locales.
Se pidieron informes al Sistema de Emergencias 911 para verificar si se realizaron llamados para pedir asistencia y qué respuestas se dieron. También al COE (Comité Operativo de Emergencias), el COCS COVID-19 (Central de Operaciones Control y Seguimiento) y a quienes coordinan las acciones entre el sistema público y privado de salud, entre otros organismos.
Se requirió información sobre los registros de verificaciones que se hicieron desde el SAMEC y el Ministerio de Salud, y detalles sobre si asistieron a los domicilios de los pacientes.
La pareja de Eduardo Chañe contó que su esposo y papá de sus dos hijas, esperó ocho horas para ser atendido en la guardia del IMAC, donde fue derivado por su obra social (IPS) y que finalmente quedó internado en el Hospital San Bernardo, donde murió. En el caso del periodista, el fiscal solicitó la historia clínica al Instituto Médico de Alta Complejidad, IMAC, según informó el Ministerio Público Fiscal a El Tribuno.
Gabriel Alejandro Paz, de 29 años, se filmó pidiendo ayuda días antes de morir. El joven había llamado al 911 y al SAMEC porque no podía respirar y tenía mucha tos. Una ambulancia fue a su casa un jueves, el médico le diagnosticó neumonía y le colocaron una inyección. Quedaron en avisarle si conseguían cama para internarlo. No sucedió y Gabriel murió dos días después en la habitación de casa. Su familia denunció abandono de persona por parte del Estado.
José Luis Mendoza era policía desde hace 17 años y murió en el hospital Señor del Milagro. Prestaba servicio en la Dirección de Seguridad Urbana de la Unidad Regional 1 de Salta. Su familia había hecho una campaña para pedir que le donaran plasma.
Juan Alberto Agüero era un trabajador del turismo. Un amigo describió que, pese que estaba en un grupo de riesgo por su edad y por una enfermedad preexistente, no lo internaron y que tampoco recibieron ayuda cuando se agravó y llamaron al Samec.