Lo que comenzó como una inocente noche de gaseosas, terminó siendo una fiesta en donde el fernet interminable se hizo presente en las miradas desencajadas de un grupo de estudiantes en cuarentena.
Los jóvenes se encontraban varados en Tucumán, y hace pocos días pudieron regresar a la provincia de Salta, específicamente a la norteña Orán, de donde son oriundos, para instalarse en una Casa de Retiro local y realizar la cuarentena obligatoria a todos los repatriados de la provincia.
La Casa de Retiro los alojó y les dio de comer con la ayuda de Cáritas, que tiene a ocuparse de la alimentación de los jóvenes hasta terminado el período de cuarentena, pero si bien todo esto se estaba haciendo para ahorrarles el gasto, lo estudiantes decidieron palear la tediosa cuarentena comprando unos buenos fernets y realizando una bulliciosa fiesta entre ellos.
Las gaseosas habían sido enviadas por sus familias para que tuvieran algo más que agua para tomar, pero los muchachos tenían otra idea en mente, que se puso en manifiesto con música, tragos y fotos en las redes sociales que no le hicieron ninguna gracia a los dueños del establecimiento que los aloja.
Por suerte no pasó a mayores, pero les valió una dura reprimenda de sus familias y la administración de la Casa de Retiro para atenerse a las normas de austeridad correspondiente a su delicada situación, la ayuda que reciben, y los tiempos que corren.