A partir de la sorprendente denuncia del plan de Esteban Alvarado para escapar del penal de Ezeiza, este domingo surgió el nombre de otro narcotraficante rosarino. Los investigadores creen que Claudio Mansilla tenía pasaje para la fuga en helicóptero desde la cárcel que finalmente se frustró.
El “Morocho” volvió a prisión en junio pasado, a casi un año de la temeraria huida que emprendió tras un tiroteo en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero, en el sur de Santa Fe. Desde entonces se encuentra alojado en territorio bonaerense, pero la Justicia detectó indicios de que no se resignaba a quedarse tras las rejas.
Mansilla y Alvarado no sólo tienen en común el lugar de alojamiento y las condenas por narcotráfico en Rosario. Según informó Clarín, ambos trabajaban como fajineros en Ezeiza, una tarea de limpieza que les permitía mayor movilidad intramuros.
Aunque no hay una mención explícita, las conversaciones de Whatsapp que interceptó la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) da cuenta de que el piloto contratado para la fuga iba a llevarse a dos personas. El exladrón de autos le compró el helicóptero desde la cárcel y le fue brindando información detallada de las condiciones del patio de recreación, donde esperaba subir.
A partir de la denuncia, el juez federal de La Plata, Ernesto Keplar, autorizó un plan de vigilancia que comenzó una semana antes del viernes 10 de marzo, cuando Alvarado planeaba escapar. Una de las hipótesis en torno a esta maniobra es que el “Morocho” iba a fugarse por segunda vez en menos de dos años.
¿Cómo descubrieron el plan de fuga de Esteban Alvarado en Ezeiza?
El operativo para prevenir la fuga de Esteban Alvarado de la cárcel de Ezeiza comenzó gracias a un testigo de identidad reservada. Gracias a la declaración recogida el jueves 2 de marzo, la Procunar supo que principal enemigo de “Los Monos” había armado un plan tan sofisticado como arriesgado para evadirse.
Aunque no lo atraparon, los investigadores saben que el narcotraficante contrató a un piloto al que apodaba “Lobo”, como el protagonista de la serie “Airwolf”. También detectaron como presuntos cómplices al rosarino Gianluca Orpianesi y Andrés Alcides Donnet, con domicilio en Gualeguaychú. Ambos fueron detenidos este viernes.
Las autoridades creen que Alvarado encargó la compra e importación desde Europa de un Robinson R44. El helicóptero cuesta más de 350.000 dólares y lo ensamblaron en Paraguay. Después, lo pintaron de negro y le pusieron la matrícula LV-ZXN, correspondiente a otra aeronave. Así pretendían incriminar al empresario cordobés Mario Vicente Baldo, condenado por narcotráfico en 2009.
Los cómplices del exladrón de autos pretendían partir desde un aeródromo en Gualeguaychú y recoger a su jefe al mediodía en la cancha de fútbol de la cárcel. Sin embargo, no sabían que la Justicia ya seguía algunos preparativos en tiempo real.
De un celular clonado a un smartwatch enterrado
El trabajo de inteligencia que impulsó la Procunar a partir de la denuncia ante la Fiscalía Federal 2 de Lomas de Zamora tuvo como elemento principal la clonación del teléfono del piloto del helicóptero. De esta manera, accedieron a los mensajes de Whatsapp que intercambiaba con Alvarado.
Con el celular que tenía en la cárcel, el narcotraficante preso no sólo daba instrucciones y sugerencias. También envió dos videos en los que se veía la cancha de fútbol donde quería que lo rescataran.
Los delincuentes pretendían aterrizar en Open Door después de la huida desde Ezeiza. Sin embargo, el “Lobo” ni siquiera pasó por el penal. Los investigadores siguieron por tierra el vuelo que empezó en Gualeguaychú y llegaron hasta el Country Club Banco Provincia de Moreno. Si bien no encontraron al piloto, dieron con el helicóptero. Además se confirmó la captura del “Gringuito” Orpianesi y de Donnet.
En paralelo con este operativo, la Policía Federal montó vigilancia especial en torno al complejo penitenciario bonaerense. Cuando fueron a revisar el patio, encontraron un smartwatch enterrado en la cancha de fútbol. El dispositivo permitía sacar fotos y estaba sincronizado con un celular de Alvarado, aunque el teléfono fue hallado en manos de otro preso.