Se cumplió un mes del anuncio de cierre de Falabella en Rosario, y en menos de 30 días la cadena de retail chilena comenzará el desalojo del fastuoso inmueble de La Favorita. Son varias las negociaciones abiertas, ninguna de ella sencilla por los costos que implican para cualquier desembarcar en el lugar, máxime en un contexto de retracción económica. Pero hay coincidencia en que la de Sarmiento y Córdoba es una esquina emblemática del centro rosarino que no puede quedar abandonada, y que cuando los tiempos mejoren, seguramente quien allí se instale será uno de los más beneficiados.
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A continuación las tres posibilidades que por ahora se barajan sobre el futuro de La Favorita.
La llegada de una marca internacional
Lo primero que se pensó ante la salida de un gigante como Falabella fue su reemplazo por otro jugador similar. De hecho se conoció que Francisco De Narváez, al frente de la cadena de tiendas Walmart Argentina y con pasado en Casa Tía, consultó condiciones a la familia García, la propietaria. Otra compañía que sonó con fuerza fue Renner, firma de ropa, perfumería y accesorios de origen brasileño, que cuenta con presencia en Buenos Aires y Córdoba.
Sin embargo con el correr de los días esta opción se fue desinflando, sobre todo considerando que por las últimas tendencias de consumo, agravadas por la pandemia, las grandes cadenas que ocupan enormes establecimientos están en retirada. Hoy no conviene invertir tanto en una gran propiedad sino en depósitos, logística y publicidad online para vender por internet. De hecho la propia Falabella se está yendo físicamente del país, pero seguirá operando de manera virtual.
Tienda de multimarcas locales
Es la propuesta que cosecha más adhesiones pero no por eso es sencilla de implementar. Juan Benzi, de jugueterías Gulliver, y Nelson Graells, de Sport 78, Fluid, Blast, entre otras marcas, son los que encabezaron la movida consultando a otros empresarios sobre la posibilidad de sumarse al proyecto. “Fue una propuesta de la Asociación de Amigos de Peatonal Córdoba y de la Asociación Empresaria de Rosario la de acercar un listado con interesados en desembarcar en La Favorita, en caso de que alguien se haga cargo de todo el inmueble”, señaló Graells a Vía Rosario.
“La idea fue la de decir: ‘toda esta gente está dispuesta a invertir para que La Favorita siga abierta. Pero está en manos manos de los dueños la decisión. Tampoco es que nos oponemos a que llegue alguien como Falabella, pero lo que no queremos es que el lugar se pierda”, agregó. En el listado de empresas rosarinas interesadas figuran, además de Sport 78 y Gulliver: Sólido, Vandalia, Interio, Cecchini y Sonder. Respecto a esta última, su titular, Claudio Verasio, comentó: “Fuimos sondeados de forma indirecta y lo tomamos como un reconocimiento importante a la marca”.
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“Nos parece interesante armar un proyecto de pool de empresas de la ciudad con fuerte arraigo, con reconocida trayectoria, afán de invertir en Rosario, y que se quede en la ciudad incluso en las malas. También se mencionó la posibilidad de que una empresa gastronómica se sume ocupando uno o dos pisos (N de R: se habló de Rock & Fellers, entre otras)”, planteó. “Si todo viene de la mano de algo serio, con la posibilidad de manejar números normales, lo veo posible, porque hay que hacer el esfuerzo para preservar un lugar único en la ciudad y hasta en el país”, manifestó a este medio.
Expropiación
En la Legislatura santafesina se presentaron algunos proyectos para expropiar el histórico inmueble para que la Provincia dicte una adecuación de explotación comercial y cultural, con el fin de preservar el patrimonio local, y darle continuidad a los puestos de trabajo que se perderían con la salida de Falabella. La idea sería que de pasar a manos públicas, se le de lugar a los privados a través de la licitación de espacios. Sin embargo esta iniciativa parece ser muy engorrosa por los tiempos que requeriría, y porque además la familia dueña no querría desprenderse del edificio.
Es por eso que la posibilidad de la tienda de marcas locales es la que corre con más chances, aunque quedan por definirse muchas cosas, como ser quiénes se harán cargo de la inversión de remodelación, quién quedará como administrador del consorcio y resolverá los criterios para admitir o no a los interesados, entre otros puntos clave. Lo concreto es que en un mes Falabella se va y dejará un enorme hueco en el golpeado centro de la ciudad. Esperemos que más temprano que tarde pueda materializarse una respuesta acorde a la altura de semejante inmueble.