El entrenador Mauricio Pochettino afrontará este miércoles la chance de llevar a París Saint-Germain (PSG) a cuartos de final de Champions League. En vísperas del duelo con el Barcelona de Lionel Messi, el ex Tottenham citó a Jorge Bernardo Griffa a la hora de analizar si tiene chances de dirigir a la selección argentina.
A la hora de recordar al hombre que lo llevó a Newell’s con apenas 13 años, el director técnico explicó: “Me decía que el fútbol te llevará donde el fútbol quiera, no donde tú quieras ir y que cuando el fútbol tome esa decisión tienes que estar preparado”.
“Sigo al pie de la letra esos consejos que me dio Jorge cuando era chico”, afirmó el murpense en una entrevista con AFP. A partir de la consulta sobre sus chances para ponerse el buzo albiceleste, agregó: “Hay muy buenos entrenadores argentinos, muchos jóvenes, como yo. Se tiene que dar una circunstancia, el timing va a ser importante”.
- Usted es uno de los últimos grandes nombres santafesinos que han surgido como entrenadores de élite, después de César Menotti, Marcelo Bielsa, el propio Griffa, Lionel Scaloni, Jorge Sampaoli, Gerardo Martino, Edgardo Bauza. ¿Por qué salen tantos entrenadores de élite, además de jugadores, en la provincia de Santa Fe?
- Han salido muchos entrenadores de Newell’s Old Boys. Y la influencia de Griffa y de Marcelo Bielsa ha tenido mucho que ver. Cuando hay educadores del nivel de Griffa y Bielsa, creo que los alumnos sobre todo aprenden de una forma correcta. Ellos son líderes, personalidades y caracteres que inspiran a la gente, que han inspirado a sus jugadores y en este caso nos hemos sentido todos afortunados de haber encontrado en estos grandes maestros la inspiración para después desarrollar nuestras carreras. Creo que ahí está el secreto, en ese liderazgo que sobre todo ellos transmitieron. Muchos de estos nombres han pasado por las manos de Griffa y Bielsa.
- Justamente, a Mauricio Pochettino se le cataloga de alumno de Marcelo Bielsa por el estilo de juego. ¿Sigue en contacto con Bielsa?
- No soy amigo de él, soy más bien una persona afortunada de ser un jugador que ha estado muy vinculado, muy relacionado con Marcelo porque hemos pasado muchos años juntos. Tampoco me considero un discípulo porque no he hecho formación con él. No me he formado con él como entrenador. Sí que he tenido una carrera donde hemos coincidido, donde he podido ser su jugador por muchos años. Para mí, ser un discípulo estamos hablando más de muchos exjugadores que se han ido a formar con Marcelo y han bebido de la fuente de él. Yo me he formado por otro camino. Me he formado como entrenador en España, en los cursos de la federación española. He tenido maestros como Xabier Azkargorta. He pasado más de dos años con él y he aprendido muchísimo. Me ha transmitido mucha experiencia, pero no me considero un discípulo de Marcelo.
- Ahora tiene a sus órdenes a un jugador rosarino en el PSG, Ángel Di María. En Argentina mucha gente piensa que su ausencia en la final del Mundial 2014 fue importante y que con él la selección albiceleste habría ganado. ¿Qué gana un equipo teniendo en Di María y qué pierde, como ahora el PSG, cuando está lesionado?
- Lo bonito del fútbol es que todos podemos tener opinión y que todos podemos hablar con el diario del lunes, como siempre decimos. Cuando se gana, todo muy bien pero cuando se pierde, se dice yo habría hecho esto, yo habría cambiado todo. Eso lo entendemos la gente que ya tenemos unos cuantos años en este deporte que mueve tantas emociones y pasión. Ángel es un jugador ya con experiencia. En cada equipo que ha estado, ha demostrado su nivel, es un jugador con un talento enorme y que no pasa desapercibido. En cada equipo que vaya a estar va a ser un jugador importante.
- Usted creció en Newell’s Old Boys como jugador y maduró en el Espanyol de Barcelona. ¿Se considera más leproso o más perico?
- Es muy difícil la respuesta. En cada período ha sido algo que he sentido y vivido con mucha intensidad. Pude llegar con trece años a Newell’s Old Boys, cumpliendo la ilusión de niño, jugar en todas las categorías inferiores. Empezar a pelear por la camiseta, debutar y ganar títulos con el club que te ve nacer es algo único, que te marca de por vida. Lo que pasa es que después también fueron muchos años en el Espanyol. Y uno empieza a crear otros lazos. Mis hijos nacen en Barcelona y pasan a ser hinchas del Espanyol porque es lo que beben cuando yo soy jugador y después entrenador. ¿A quién quieres más, a papá o a mamá? Quieres a los dos. Los dos son diferentes. No puedes elegir a uno u otro.