A un año de la fuga de ocho presos de la cárcel de Piñero, los fiscales que investigan el caso señalaron este martes que “hubo alguna autocrítica del Servicio Penitenciario”. A partir de la pesquisa detectaron “muchas falencias” en el penal, pero remarcaron que “no se puede hablar de complicidad” entre el personal de seguridad y los prófugos.
Los detenidos y tres cómplices capturados desde el 27 de junio de 2021 continúan privados de su libertad y el Ministerio Público de la Acusación (MPA) decidió reimputar a buena parte de ellos. De esta forma, algunos como Joel Isaías Rojas pueden llegar a recibir una pena de 25 años de prisión a partir de la denuncia sobre la portación ilegal de las armas de fuego empleadas en la huida.
El fiscal Aurelio Cicerchia señaló que los encargados del Servicio Penitenciario de la Provincia de Santa Fe revisaron el protocolo de actuación a partir de la escandalosa fuga de Piñero. Las medidas se ajustaron “para corregir y evitar” situaciones como la que se dio hace un año en el sur del departamento Rosario.
Entre los puntos débiles detectados por los investigadores se destaca que no había comunicación entre los centinelas de las garitas. Tampoco funcionaban las cámaras de videovigilancia y los cercos perimetrales eran fáciles de bloquear. Según indicaron los encargados de la causa, “muchas de estas cosas cambiaron” desde que Claudio “Morocho “Mansilla y otros siete presos escaparon de la cárcel.
En la búsqueda de “Guachín”
Cicerchia recordó que los delincuentes hicieron un trabajo de inteligencia previa “importante” para concretar la huida. Pasado un año desde el tiroteo, todavía falta identificar a algunos cómplices dentro de la organización. El principal sospechoso en la lista es “Guachín”, el conductor del Peugeot 3008 con el que los asaltantes llegaron hasta la Unidad Penitenciaria 11.
El apodo que llamó la atención del MPA a la hora de analizar los celulares secuestrados se refiere a quien que llevó a las tres personas encargadas de abrir el cerco perimetral para liberar a los presos. Desde entonces concluyeron diferentes pericias y análisis, pero este colaborador del grupo sigue fuera del alcance de la Justicia.
Por otra parte, el fiscal Franco Carbone reiteró que Sergio Cañete fue el ideólogo de la fuga de Piñero. Al respecto aludió a la falencia que más preocupa en los tres poderes del Estado: el uso de celulares. El funcionario recordó que el ladrón de bancos habló “minuto a minuto” con uno de sus cómplices hasta las 17.10, cuando comenzó la huida.
Durante el enfrentamiento murió Walter Soraire, uno de los delincuentes que llegó en auto hasta las afueras del penal. El joven que llevaba la amoladora para cortar los vallados recibió un disparo en la cabeza debajo de una de las garitas, pero todavía no se sabe quién lo mató. La causa sobre el homicidio está en manos del fiscal Gastón Ávila.