Después de un largo tiempo sin resolución, este martes empezó el juicio a Martín Bustos en Rosario. El exárbitro fue denunciado por grooming a partir del testimonio de un jugador de las divisiones inferiores de Newell’s cuando ya estaba en la mira por otra causa sobre delitos contra la integridad sexual en Independiente.
El imputado puede llegar a recibir una pena de 4 años de prisión efectiva en el cierre del debate oral y público. La condena fue solicitada por la fiscal Luciana Vallarella en el marco de una investigación que estuvo cerca de cerrarse mediante un procedimiento abreviado, pero finalmente no hubo acuerdo entre las partes.
Según él Ministerio Público de la Acusación (MPA), Bustos quería abusar sexualmente de un adolescente que jugaba en Newell’s. Entonces invitó al joven de 14 años a un encuentro fuera de la pensión del club, pero el plan fracasó porque la víctima le contó lo ocurrido al coordinador del establecimiento.
A mediados de 2019, el exárbitro quedó bajo prisión preventiva por 90 días y lo trasladaron fuera de Rosario. Tiempo después lo liberaron por orden de la Justicia bonaerense en el marco de una causa anterior por denuncias de futbolistas juveniles de Independiente.
La ex Policía de Investigaciones (PDI) de Rosario capturó al sospechoso de 40 años cerca de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno. Los uniformados se hicieron pasar por una de las víctimas y pactaron un encuentro con el acusado ante el alerta de acoso sexual por Internet.
¿Cómo fue el caso de grooming que involucra al exárbitro Martín Bustos?
La pesquisa sobre grooming en Rosario partió del relato de un jugador de la pensión de Newell’s. El imputado le escribió por Whatsapp y se presentó como “Martín Lucero” en vez de usar su nombre real.
En el intercambio de mensajes online, Bustos afirmó que era masajista deportivo y ofreció una sesión por $ 200. Además le pidió a la víctima que se contactara con sus compañeros para extender la invitación.
De acuerdo a fuentes del MPA, el exárbitro le insistió al adolescente para coordinar un encuentro fuera del club. En particular sugirió que el futbolista les mintiera a los empleados de la pensión y dijera que se iba a un cumpleaños.
En el inicio de la investigación, la Fiscalía detectó que Bustos se había contactado con la víctima a través de Instagram. La primera charla online ocurrió el 24 de mayo de 2019. Semanas más tarde acordó el alquiler temporal de un departamento, pero la cita resultó ser una trampa para arrestarlo.