Rosario Central vivió este sábado un momento que quedará para siempre en la memoria de sus hinchas. Ángel Di María, uno de los máximos referentes del fútbol argentino en las últimas décadas, regresó al Gigante de Arroyito para cumplir el sueño que venía postergando: volver al club que lo formó.
Desde temprano, el estadio comenzó a llenarse. Las entradas estaban agotadas desde hacía días, y el motivo principal era claro: todos querían ver de nuevo al Fideo con la camiseta canalla. El estadio estalló cuando Di María pisó el campo de juego, acompañado por una ovación atronadora que se replicó desde cada rincón de las tribunas.

Vestido con la camiseta número 11, la misma que usó cuando dio sus primeros pasos como profesional, el rosarino bajó al vestuario y luego salió al campo para realizar la entrada en calor. Aunque no se trataba todavía de un partido oficial, la energía en el ambiente era la de una final.
Así recibió la hinchada de Central a Di María
El estadio “se vino abajo” cuando los hinchas lo vieron hacer sus primeros movimientos en la cancha. Hubo aplausos, banderas con su nombre y cantos dedicados a quien muchos consideran uno de los ídolos más grandes surgidos de la cantera auriazul.
La emoción era compartida: jugadores, cuerpo técnico y empleados del club destacaron el profesionalismo y la humildad con la que Di María afrontó cada paso del operativo regreso. No se trató de una presentación ostentosa, sino de un reencuentro cargado de sentido.
Di María vuelve a Central luego de una brillante carrera en Europa y con la Selección Argentina. En su presentación formal ya había dicho que su principal motivación era cumplir el anhelo de conquistar un título con Rosario Central, el club de su vida. Este regreso marca, además, un gesto de compromiso pocas veces visto entre los futbolistas de elite.