Si bien el viento alejó en buena medida el humo de Rosario desde el viernes, este sábado continuaron los incendios en las islas del Delta del Paraná y cayeron cenizas en algunos puntos de la ciudad. En ese contexto se llevó a cabo un corte total del puente a Victoria como parte de la serie de protestas que se intensificaron en la última semana a raíz de la contaminación.
Ambientalistas y representantes de diferentes organizaciones sociales, políticas y sindicales se reunieron cerca de las 16 en el acceso a la Ruta Nacional 174. Allí se renovó el pedido de una ley de humedales como parte de las medidas para frenar la destrucción de las tierras ubicadas al otro lado del río.
Tal como ocurrió el último miércoles en el Monumento Nacional a la Bandera, Rosario volvió a decir basta de humo mientras el efecto del fuego se manifestaba de diferentes maneras. En algunos puntos de la ciudad cayeron cenizas y frente a la costanera central podía verse la huella de las llamas de los focos activos en las islas.
El corte de tránsito en la ruta hacia Victoria se sostuvo durante varias horas. Algunos manifestantes se disfrazaron para visibilizar el daño que genera la contaminación del aire en la región.
Sobre el acceso al puente que une el territorio santafesino con Entre Ríos se plantearon diferentes reclamos mediante carteles, afiches y banderas. Entre otras consignas, propusieron “luchar para que el Estado no sea humo”. De esta manera se expresó una vez más la disconformidad con la respuesta ante un problema que lleva más de dos años sin solución.
Con nivel del Paraná por debajo del metro y medio desde hace un mes, el efecto de las quemas intencionales se acentuó a partir de julio y en los últimos días se reactivaron las protestas. Ante esta situación, en el Congreso se anunció el giro a comisiones del proyecto de ley de humedales, cinco meses después de su segunda presentación en la Cámara de Diputados de la Nación.
De acuerdo al análisis del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el lunes había unas diez mil hectáreas afectadas por los incendios en el Delta del Paraná. La mitad de esa superficie correspondía a focos activos a la altura de San Pedro, en el norte bonaerense.