Desde el Hospital Cullen de Santa Fe, donde permaneció internada durante dos semanas, los médicos brindaron detalles sobre los últimos minutos de Alejandra “Locomotora” Oliveras, quien falleció este lunes 28 de julio a los 47 años tras sufrir una embolia pulmonar masiva que desencadenó un paro cardiorrespiratorio refractario.
El director del centro de salud, el Dr. Bruno Moroni, explicó que la ex boxeadora sufrió “un shock con una hipoglucemia severa” como consecuencia de la embolia. A pesar de los intentos de reanimación y los recursos médicos disponibles, el paro no pudo revertirse.

Pese a reportes anteriores que señalaban leves mejoras —como apertura ocular y respuestas motoras mínimas— Oliveras nunca recuperó la conciencia plena. “No estaba despierta como nosotros”, dijeron los profesionales que estuvieron presentes.
El jefe de Terapia Intensiva, Dr. Néstor Carrizo, aclaró que el paro no está vinculado a desconexión intencionada del respirador. Esta complicación grave se derivó de una trombosis venosa que se detectó en extremidades inferiores, y que avanzó hasta desencadenar la embolia pulmonar.

Durante ese periodo crítico, fueron frecuentes las “subfluctuaciones neurológicas”: era capaz de abrir los ojos o apretar la mano si se le pedía, pero jamás hubo comunicación verbal ni total lucidez mental.
El equipo médico lamentó la rapidez de la evolución. En cuestión de minutos, la situación que parecía controlable se volvió irreversible. El Dr. Carrizo señaló que, pese a que la paciente había mostrado alguna estabilidad, la magnitud del evento trombótico impidió avances decisivos.

La familia, presente durante el final, fue informada y acompañada. Se consignó que la despedida ocurrió fuera del horario de visita, y los familiares presenciaron el estado clínico final, en el que la paciente ya no respondía más que con reflejos mínimos.
En ese contexto, la muerte de la ex campeona mundial de boxeo cierra un capítulo doloroso para la comunidad deportiva y social que la admiraba. Su perfil de luchadora dentro y fuera del ring se mantuvo hasta las últimas horas, sin ceder a la resignación.